No sé si es necesario o no el aviso, pero la ‘entrada’ anterior en este blog, ‘¡Qué felicidad!, estaba escrita en clave irónica. Aunque torpemente, creo que se comprendía en casi todos sus términos. Y la referencia al texto de Jonathan Swift no era simplemente marginal o de ‘letraherido’, pues en su ‘Modesta proposición para […]