Habíamos terminado de cenar en casa de un amigo. Una de esas cenas pantagruélicas, con buen vino, que desaconsejan los manuales dietéticos pero no la amistad. Quizás poseídos por el júbilo de la copa y la conversación que nos torna elocuentes y achispados (lejos aún las fases peligrosas de exaltación de la amistad, negación de […]