Chisporroteó como un reguero de pólvora. El cascabel de la sorpresa. «¿Seguro que es verdad?». «Sí, sí, acércate y podrás verlo con tus propios ojos». Uno lo comenta, se lo dice a dos o tres y al final la historia acaba saltando a los mensajes del móvil, el banco de pruebas donde mejor se calibra […]