Prometía la felicidad a la vuelta de la esquina. Un horizonte de esperanza poblado de brotes verdes y fraternidad bajo el paraguas del bienestar común, aunque a cambio estuviésemos obligados a contribuir con unos cuantos euros destinados a engrosar –«el que algo quiere, algo le cuesta»– cuentas y balances mucho más boyantes que las nuestras. […]