>

Blogs

En la nube del oso

Ayer vimos el oso, pero hoy no podemos vender su piel. Claro que me refiero a la capital cultural europea en 2016. Una compañera en la Redacción, con el instinto periodístico de quien tiene la costumbre de concentrar en una frase la actualidad, resumió la cara de funeral que se nos quedó a todos diciendo: «Decepción monumental».

En 1972 el escritor Torrente Ballester publicó una novela fantástica (en todas las acepciones de esa palabra) titulada: ‘La saga/fuga de J.B.’ En esa obra maestra de la literatura española, un prodigio de imaginación y fantasía, se cuentan historias que transcurren en Castroforte del Baralla, una población que se eleva del suelo y levita hasta las nubes cuando todos sus habitantes se ensimisman y les da por pensar en las mismas cosas, en los mismos afanes.

Compuestos y sin novia, pienso que a Cáceres le conviene empezar a parecerse un poco a Castroforte del Baralla, pues es obvio que hay vida «más allá del 2016» y que si hasta ahora la carrera hacia la capitalidad del 2016 ha estado pilotada fundamentalmente por las instituciones, ha llegado la hora de que salten al césped otros jugadores, nuevas generaciones de extremeños dispuestos a mirar al futuro con optimismo para que, dentro de 14 o 15 años –si la Unión Europea mantiene este mismo sistema– optar de nuevo a la capitalidad. Quiero decir que no tendría sentido arrojar por la borda un empeño cuando el mismo ha sido asumido por buena parte de la ciudadanía, cuando se ha conseguido que la fe en el proyecto traspase las barreras de lo estrictamente institucional para ser apadrinado por la sociedad en su conjunto.

Es verdad que el chasco ha sido de aúpa. Adiós a los baños multitudinarios en El Rodeo y al regocijo general. En un segundo, las miles de camisetas del 2016 repartidas por toda la región han pasado de ser un fetiche a casi una maldición. Pero después de pedir perdón por la tristeza ¿vamos a permanecer impasibles? Me parece que no.

Hay más osos (si me permiten los ecologistas) y Castroforte del Baralla sigue ahí, retándonos con su simbolismo. Solamente falta que, repuestos del contratiempo, nos concentremos de nuevo a la espera del conjuro: ese instante en que, sin complejos ni pretensiones infundadas, nos pongamos a pensar en lo mismo, a remar todos en la misma dirección para elevarnos a la nube y levantarnos del suelo. ¿Quién dijo miedo? Si para el tango veinte años no son nada, menos lo son 14 o 15 para otra capitalidad.

Decía Goethe que «no es prudente poner gran confianza en palabras pronunciadas en momentos de emoción». Y ayer fue un día de emoción, es verdad, y de entusiasmos abatidos. Pero no creo que nadie en un futuro próximo nos espante la caza ni que nos vayan a cobrar por soñar. Sobre todo si el «sueño» es únicamente la imagen de una meta alcanzable, que casi puede acariciarse con la mano, como Moisés desde la distancia tocaba la leche y la miel de la tierra prometida.
Hay que ponerse ya mismo a trabajar. Y, como los buenos toreros, no descomponer la figura. ¡Ah!, y otra cosa: muchas felicidades a las seis capitales preseleccionadas: Burgos, Córdoba, San Sebastián, Las Palmas, Segovia y Zarazoga. Lo cortés no quita lo valiente.

Temas

fracasos

Juan Domingo Fernández

Sobre el autor

Blog personal del periodista Juan Domingo Fernández


septiembre 2010
MTWTFSS
  12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
27282930