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Chu En Lai en Yuste

Mientras escribo esta columna las crónicas nos alertan desde Egipto del vértigo del cambio y de la cuenta atrás para Mubarak. Los ritmos de la historia a veces son tan imprevisibles como los encontronazos de las placas tectónicas. Hay épocas que son corrientes remansadas y días en que la historia solo se reconoce en el cataclismo. Que se lo cuenten a Hosni Mubarak.

A veces el azar nos sitúa en un laberinto del que no sabemos salir. Y salir de la historia, avanzar, exige comprender sus pasos, entender el sentido de sus corrientes subterráneas, no únicamente el plano-guía de las rutas oficiales, de la apariencia, de lo consabido.

La semana pasada entrevisté en Madrid a Javier Solana, que hoy, 11 de febrero, recibe en Yuste el Premio Europeo Carlos V. Recordaba el ex secretario general de la OTAN y ex Alto Representante de Política Exterior y de Seguridad de la UE, que durante su etapa de estudiante universitario en Estados Unidos había vivido acontecimientos como los asesinatos de Martin Luther King y de Robert Kennedy, las tres grandes manifestaciones de los jóvenes estadounidenses contra la guerra de Vietnam -en las que participó- o la llegada del hombre a la Luna, narrada por Walter Cronkite, el gran reportero de la CBS americana. Pero al entonces estudiante madrileño de Ciencias Físicas que iba camino de convertirse en catedrático de Física del Estado Sólido no podía pasársele por la cabeza, ni en el más delirante de los sueños, que unos pocos años más adelante se convertiría en secretario general de la OTAN.

La verdad es que a mí no me interesa lo que tiene de ‘anecdótico’ ese hecho, para cuya evaluación y análisis habría que computar una serie de variables que trascienden lo personal: el abandono de un régimen autárquico, la transición a la democracia en España, la integración en las instituciones europeas, la existencia de una generación con el suficiente nivel de preparación intelectual y de compromiso político… Factores que contribuirían, vistos en perspectiva, para ‘justificar’ o explicar determinadas actitudes personales.

Durante esa entrevista en Madrid, el nuevo Premio Carlos V se refirió a una anécdota que ilustra muy bien la necesidad de la distancia temporal, de cierta perspectiva, para comprender el sentido profundo de la historia. Poco antes de morir en 1976 Chu En Lai, al legendario dirigente chino que fue ministro de Asuntos Exteriores y primer ministro de Mao le preguntaron qué opinaba, cuál era su valoración de la Revolución Francesa. Y casi doscientos años después de aquellos hechos que transformaron medio mundo respondió de forma escueta: «Es muy pronto todavía para decirlo».

Aunque el periodismo obliga a elaborar un borrador vertiginoso de la historia, a registrar con amplitud los acontecimientos que alfombran la actualidad, no hay que perder de vista la lección de Chu En Lai; en el fondo, más allá de la ironía, una llamada a la comprensión profunda, amplia, del sentido de la historia. Analizada con esa perspectiva tal vez se entienda mejor, dentro de varias décadas, la importancia de personajes como Javier Solana y la de otros políticos de aquella generación que supieron afrontar los retos de un país que empezaba a desperezarse.

Temas

historia, yuste

Juan Domingo Fernández

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Blog personal del periodista Juan Domingo Fernández


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