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Sé lo que sueñas

Desde que la especie se elevó del suelo y devino en ‘lúgubre mamífero’ que se peina (César Vallejo) el reducto mejor blindado del hombre no ha sido el corazón ni la cabeza, sino la invisible nebulosa donde habitan los sueños. Desde la noche de los tiempos, al hombre le han podido robar la voluntad, la memoria y hasta el olvido, pero el patrimonio inmaterial de los sueños siempre quedó preservado de miradas ajenas como un tesoro inaccesible al que ningún extraño podía acceder sin contraseña. Aunque el ser más humilde, más desesperanzado, se viera sometido a normas atroces de reclusión, nadie podría gobernar sobre sus sueños. Nadie podría asomarse a curiosear en ese paraíso de la intimidad. A veces, ni uno mismo, pues la naturaleza hace que los sueños no perduren en la memoria y se volatilicen igual que la luz de los fuegos artificiales.
Así era hasta ahora. Pero la interpretación de los sueños, el acceso a la galaxia informe donde transcurren los montajes teatrales más insospechados, los acontecimientos menos previsibles, ya no es una aspiración de psicoanalistas o de adivinadores. La prensa informa estos días de las investigaciones de   un equipo de científicos japoneses que ha logrado elaborar una especie de ‘diccionario’   o catálogo en el que se relacionan las imágenes que las personas sometidas al experimento declaraban estar soñando en ese instante (fueron despertados unas 200 veces cada uno de ellos durante el experimento) y las imágenes que su actividad cerebral plasmaba a través de la resonancia magnética. Según los resultados de la investigación, publicados en la prestigiosa revista ‘Science’, el diccionario o tabla de correspondencias entre la actividad cerebral y los objetos o temas ‘soñados’ aún es reducido, pero los científicos  consiguieron acertar, es decir, decodificar las imágenes y descifrar el contenido de los sueños en un 60% de los casos. Contando con tiempo, dedicación y un laboratorio de neurociencia computacional solvente, imagino que reunir el ADN de los sueños de toda la humanidad habrá dejado de ser un empeño de ciencia ficción…
De esa forma, llegará el día en que además de conocerse todos los datos económicos, fiscales, sanitarios, culturales… que le caracterizan dentro del conjunto social, podrán introducirle también en el talego de la resonancia magnética y ver pasar en una pantalla la película de sus sueños.
El abanico de posibilidades que abre la máquina es formidable. ¿Se imaginan cuántas historias sentimentales podrían frustrarse o desmontarse si cualquier pareja aceptara someter a escrutinio sus sueños? ¿Cuántas pesadillas tras la apariencia de sueños de felicidad? Con su proverbial ironía Borges dijo que  tan supersticiosa y vana era la costumbre de buscar sentido en los libros como buscarlo en los sueños o en las líneas de las manos. Con este avance, hasta Borges va a quedar en entredicho. Y me gustaría mucho que la maquina de control onírico se le pudiese aplicar a los políticos antes de ocupar un cargo. Sería maravilloso enterarnos de que todavía conservan la capacidad de soñar, de ilusionarse, y no una pantalla en blanco.

Juan Domingo Fernández

Sobre el autor

Blog personal del periodista Juan Domingo Fernández


abril 2013
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