No puede negarse que nos anima la vocación necrológica, especialmente cuando se trata de héroes distantes cuya convivencia ni nos compromete ni nos incomoda, llámense Nelson Mandela, Lou Reed o ayer mismo Leopoldo María Panero, uno de esos poetas al que las palabras maldito y marginalidad eran las únicas que le sentaban como un traje […]