España era, como Rusia en el siglo pasado, el país de las colas. Unas cuantas generaciones de españoles tuvieron que doctorarse en el arte de hacer cola, en el oficio de esperar, guardando turno para las cartillas de racionamiento, para afiliarse a la emigración, para aspirar –quienes podían– al primer coche importado, para asistir a […]