La primera vez que escuché hablar del concepto ‘hipertexto’ fue el año 1990 al entonces catedrático de Historia Contemporánea y director del Departamento de Historia de la Universidad Extremadura, Antonio Rodríguez de las Heras. A ese concepto, –fundamental posteriormente para el desarrollo de lo que hoy conocemos como red de redes o internet– le había dedicado antes un ensayo publicado en francés ‘Un système d’ecriture pour l’hypertexte’ y varios capítulos de su libro ‘Navegar por la información’, con el que consiguió nada menos que el Premio Fundesco de Ensayo, dotado con 2,5 millones de pesetas (15.000 euros) ¡de 1990!
El resto de la historia es conocido: Antonio Rodríguez de las Heras fue ‘fichado’ años después por la Universidad Carlos III de Madrid en la que ha sido decano de la Facultad de Humanidades, Comunicación y Documentación y en la actualidad, además de uno de sus catedráticos más prestigiosos es el director del Instituto de Cultura y Tecnología de dicha universidad. Auténtico pionero en el campo de la educación y de las nuevas tecnologías, la editorial SM acaba de publicar su libro ‘Metáforas de la sociedad digital. El futuro de la tecnología en la educación’.
Yo no quiero resumir aquí el currículo profesional y académico de este extremeño de adopción, premio extraordinario de doctorado de la Universidad de Salamanca, sino subrayar lo ejemplar de una trayectoria fundada sobre el esfuerzo, el talento y la innovación. Su paso por la Universidad de Extremadura se recuerda entre otras cosas porque se ‘atrevió’ a integrar la informática en la historia (en 1989 había publicado ya ‘La enseñanza de la historia asistida por ordenador’) y un memorable y original ensayo ‘Metodología para el análisis del discurso político’ que posibilitó la elaboración de tesis doctorales en las que se aplicaba, en laboratorio, su método científico para analizar los discursos del socialismo español durante la II República o los del general Franco, por ejemplo; estudios que situaron entonces a la universidad extremeña a la vanguardia en ese ámbito investigador.
Tan habituado a utilizar metáforas en sus trabajos científicos y divulgativos, se podría decir que Rodríguez de las Heras –un sabio que siempre se hace entender– encarna en sí mismo la metáfora del héroe clásico, la figura de esos personajes que pueblan la literatura universal y a los que los desafíos del camino no consiguen derrotar y terminan cumpliendo su misión, es decir, cumpliendo su deber, ya se trate de Pulgarcito o del propio Ulises. Sus estudios acerca de los efectos de la evolución tecnológica en el campo de la comunicación y de las humanidades han hecho que se le considere un pionero y un visionario de la galaxia digital. Pero eso es apenas una etiqueta. Antes incluso del desarrollo masivo de internet y de las nuevas tecnologías, Rodríguez de las Heras avisó del ‘atajo’ que podían significar tales medios en determinadas encrucijadas históricas. Otro vaticinio certero. Quien piense que pondero en exceso la figura de este sabio contemporáneo, solo tiene que buscar algunos textos y vídeos sobre él. Me lo agradecerá.