Además de la correspondencia comercial y administrativa que suele amontonarse en el buzón, a veces recibo cartas manuscritas que me regalan el regocijo de las sorpresas placenteras. Es cierto que fagocitadas por la galaxia digital las viejas felicitaciones navideñas, las tarjetas de visita y los domésticos ‘pos-it’, hasta el casillero postal solo llegan ya escritos […]