En mi familia cuentan la anécdota de unos antepasados, hermanos y solteros, ya de cierta edad, que una mañana temprano salieron de su casa a caballo en dirección a Trujillo, apenas a 20 kilómetros de distancia. Nada más emprender la ruta, uno de ellos exclamó: «¡Mira, por allí va un lobo!». El acompañante guardó silencio. […]