En mis años juveniles tuve un profesor de Historia, don Juan Sanz, del que me he acordado muchas veces no solo por lo que consiguió enseñarnos, sino por la admiración y el respeto casi reverencial que le tributábamos todos. Cuando cursaba 3º o 4º del antiguo Bachillerato, una gripe traicionera me impidió asistir al examen […]