Cuando conocí a Manolo García Carmona, a mediados de los años setenta, la figura de un periodista joven como él no pasaba inadvertida para alguien con inquietudes culturales. Durante aquellos años de la predemocracia, elaborar información local consistía la mayoría de las veces en recoger el llamado ‘parte de novedades’ en el Gobierno Civil y anotar las declaraciones correspondientes del equipo de gobierno municipal. Sin embargo, la vida y la sociedad eran más complejas. Y él atendió a esa complejidad. Por ejemplo, la llegada de la Universidad de Extremadura y la pugna por uno o dos campus fueron batallas políticas en las que García Carmona siempre mantuvo una actitud de defensa leal con los intereses de la provincia y, en el fondo, del conjunto de la región. Lo mismo cabe decir de los años de la transición a la democracia, cuando acudir a un encuentro informativo con Ignacio Gallego con motivo de la II Conferencia Regional del entonces clandestino PCE suponía recibir la visita de algún miembro de la Brigada Político-Social para advertirte –como le ocurrió a él– de las graves consecuencias que podrían acarrearle. No todo eran comunicados de prensa y ecos de sociedad. Hay un detalle que me parece muy significativo. Después del golpe del 23-F, cuando las fuerzas políticas democráticas se manifiestan para expresar la repulsa por el asalto al Congreso a quien se encarga que lea en Cáceres el manifiesto es al periodista Manuel García Carmona. Un símbolo de profesionalidad.
Cuando entré a trabajar en HOY, a mediados de los ochenta, él fue mi primer Redactor Jefe en Cáceres. Allí le escuché contar muchas veces los episodios vividos con Enrique Romero y compartí otros con históricos como Fernando García Morales, el fotógrafo Fernando G. Múñez, Antonio Barquilla, J. J. González, más colaboradores destacados como Tomás Pérez, Emilio Jaraíz o las críticas de cine de Juan José Moreno Doncel y antes de Jeremías Clemente Simón; las criticas musicales de Paquita García o las de arte de Manuel Vaz-Romero Nieto.
A mediados de los años ochenta, con García Carmona se dinamizaron los contenidos de espectáculos y de cultura, se empezó a cubrir regularmente la información de tribunales y también los reportajes de actualidad o de interés humano por el conjunto de la provincia. Manuel García Carmona fue nombrado subdirector de HOY y se trasladó a Badajoz en la primavera de 1987. Pero nunca perdió, por obvias razones periodísticas, el contacto con Cáceres. Mientras escribo estas líneas apresuradamente tengo ante mí una fotografía de Boni Sánchez en la plaza de toros del castillo de Las Seguras tomada en mayo de 1987 con motivo de las Fiestas Medievales. Además de Manolo están Domingo Tomás Navarro, Luis Alviz (con el capote torero), David Santos y quien firma esta columna. ¿Qué decir ahora? Manolo ha sido un hombre bueno en el sentido machadiano del término. De los mejores. Sólo tengo ganas de llorar y de enviarle un abrazo enorme a Charo, a sus hijos y a sus nietos.