Todos hemos oído hablar de los matrimonios de conveniencia, fundamentalmente usados para legalizar a inmigrantes en situación irregular que quieren adquirir la nacionalidad o la residencia en un país comunitario. Pero conviene tener en cuenta las consecuencias que acarrean en el caso de que las autoridades se percaten de que es un enlace fraudulento.
Como siempre, iré por partes.
¿Qué son los matrimonios de conveniencia? Es un casamiento fraudulento, simulado que tiene lugar para obtener beneficios jurídicos, económicos o sociales. Piénsese en la legalización de inmigrantes –que ya he referido antes- o los casamientos en caso de enfermedad terminal de uno de los cónyuges con vistas a heredar o conseguir alguna pensión pública.
Cuándo se trata de inmigrantes ilegales, ¿qué indicadores existen de que se trata de un matrimonio de complacencia? Los indicios de posibles abusos, referidos a determinados rasgos de comportamiento que las parejas fraudulentas pueden presentar con más facilidad que las parejas auténticas se dividen en varios grupos, correspondientes a las fases inherentes al “ciclo de vida” de los matrimonios de conveniencia. A modo de ilustración, algunos ejemplos de estos indicios son:
–Antes de que los futuros cónyuges se conozcan: en comparación con los nacionales de terceros países de buena fe, los posibles defraudadores tienen más probabilidades de: haber emigrado previamente de manera irregular o residir irregularmente en un país de la UE; tener un historial de matrimonios de conveniencia anteriores o de otras formas de abuso o fraude; en comparación con los ciudadanos de la UE de buena fe, los defraudadores tienen más probabilidades de estar en una mala situación financiera (por ejemplo, muy endeudados).
–Durante la fase previa al matrimonio: en comparación con las parejas auténticas, los defraudadores tienen más probabilidades de no haberse conocido personalmente antes del matrimonio; no hablar una lengua común que ambos comprenden (y no se aprecian signos de que estén haciendo esfuerzos para establecer una base común para la comunicación).
-Cuando los futuros cónyuges están preparándose para la ceremonia de matrimonio: en comparación con las parejas auténticas, los defraudadores tienen más probabilidades de utilizar un lugar conocido por ser propicio al abuso o con posibles conexiones con la delincuencia organizada; entregar una cantidad de dinero o regalos para que el matrimonio se celebre (salvo si se presentan en forma de dote en las culturas donde esto es práctica común); presentar discrepancias en la documentación entregada, que suscitan sospechas de falsificación o aportar una falsa dirección.
-Cuando, tras el matrimonio, el cónyuge de un tercer país solicita un visado de entrada o un permiso de residencia. En comparación con las parejas auténticas, los defraudadores tienen más probabilidades de: aportar información contradictoria o falsa sobre el otro cónyuge en aspectos personales fundamentales (nombre y apellidos, fecha de nacimiento y edad, nacionalidad, familiares cercanos, posibles matrimonios anteriores, educación o profesión) indicar un domicilio falso; estar en una situación en la que el cónyuge de un tercer país convive con otra persona.
-Cuando la pareja ha obtenido documentos de entrada o residencia y reside en el Estado de acogida: en comparación con las parejas auténticas, los defraudadores tienen más probabilidades de no mantener la convivencia matrimonial o seguir viviendo separados tras el matrimonio sin una razón plausible (por ejemplo, trabajo, hijos de relaciones anteriores o residir en el extranjero); estar en una situación en que uno de los cónyuges conviva con otra persona.
-Cuando los cónyuges inician un procedimiento para disolver oficialmente el matrimonio: en comparación con las parejas auténticas, los defraudadores tienen más probabilidades de divorciarse rápidamente una vez el cónyuge de un tercer país haya adquirido el derecho independiente de residencia o la nacionalidad del país de acogida.
¿Pueden ser delictivos? Sí, pueden acarrear consecuencias penales cuando el matrimonio se produzca con ánimo de lucro, falsedad documental o usurpación del estado civil, que es la utilización de una imagen, nombre y apellidos de una persona que no ha dado su autorización y consentimiento.
¿Se puede anular el matrimonio? Sí, a instancia del Ministerio Fiscal.
¿Puede tener otras consecuencias? Sí, los matrimonios fraudulentos están sancionados por vía administrativa con multas de 501 a 10.000 euros, al margen de que el país tercero retirará, revocará o no renovará el permiso de residencia derivada de este matrimonio.