Tras 5 horas de viaje llegamos a Groenlandia, lo mejor de todo has sido el sobre vuelo sobre la gran Isla. Los gigantescos glaciares expulsan todo su hielo sobre el mar. El paisaje es impresionante, da frío ver tanto hielo blanco y azul y grietas extendido en una gran masa blanca. Pasamos por encima de grandes torrentes de hielo y montañas verdes. Es imposible describir volar sobre Groenlandia.
El aterrizaje es toda una experiencia a vivir. Aunque el cielo está despejado, llegando a los fiordos las nieblas nos impiden el acercamiento directo. Cubren sólo la parte de los fiordos pero suficiente para impedir el acercamiento del avión a pista. El comandante nos informa que va esperar 10 minutos para dar tiempo a que las nieblas se retiren y dejen ver la pista de aterrizaje. Sabemos por viajes anteriores que los pilotos, están entrenados especialmente para esta pista. No son pocas las veces que se tiene que dar la vuelta el avión sin poder aterrizar.
La aproximación es lenta pero segura, tenemos que descender siguiendo el fiordo que nace en el Inlandis (la gran masa helada de Groenlandia) y acaba en el mar, justamente antes de llegar al mar está la pista de aterrizaje.
Vamos descendiendo a escasos metros de los laterales de las dos faldas del fiordo. El silencio es abrumador, inquietante, todo el mundo pegado a las ventanillas, disfrutando y sintiendo el aterrizaje sabiendo que es un momento clave. Si el piloto fallara en su previsión, estaríamos obligados a dar la vuelta y aterrizar el Alaska o en Islandia.
Finalmente todo fue bien, y tocamos suelo groenlandés. Iuuuuuuju!!!!!!!
Los chicos están encantados, sus primeras impresiones son claramente positivas, el día es radiante y hace calor. La mezcla de colores es intenso, el azul, el verde, el blanco de los icebergs flotando en el mar les sorprende. Pensaban que iban a llegar a Groenlandia y que iba a estar todo helado, con nieve y hielo, sin ni tierra. Sin embargo el paisaje, es más bien terrestre. Con montañas altas peladas cayendo sus faldas sobre el mar. Están que no salen de su asombro!!!
Nada más estar en tierra nos dan las primeras instrucciones y nos facilitan las parcas que nos protegerán del frío helado durante el trayecto en lancha motora hacia Quasiarsurk, donde está el albergue.
En el albergue el ajetreo es importante, Ramón Larramendi (el gran explorador del ártico) nos recibe con cordialidad y nos facilita a todos ropa de abrigo en abundancia para ir preparados a Fletanes. Llegar a Fletanes es el objetivo del día, aquí se encuentra un frente glaciar importante del Inlandis y también es un lugar de referencia para las salidas de exploración ártica hacia el Norte.
En este punto tan emblemático está levantado el campamento.
El ambiente en el albergue es de júbilo, cordialidad y compañerismo. De una forma divertida los chicos se reparten las ropas que están en grandes bolsas de viaje. Lo gracioso es que las tallas que se encuentran son del todo alejadas de lo que ellos necesitan, parece un carnaval mas que una expedición. Hay risas, intercambios de modelitos y de pases de modelo. Es genial verles preocuparse porque entre todos tengan suficiente cantidad y calidad de ropa. Debemos conseguir se sientan cómodos y calientes y creemos que con la ropa que nos ha facilitado Ramón podremos lograrlo.
Comemos y hacia las 16:00 partimos rumbo a nuestro campamento base en Fletanes. El día sigue siendo espléndido y las expectativas de ver auroras esta noche son grandes, día despejado y actividad
6 (la actividad de auroras se mide en un rango de 1 a 10).
El viaje en lancha es toda una aventura para los chicos, entre fiordos gigantescos y cruzándonos con icebergs y a todo ritmo, la lancha avanza rumbo hacia el Norte. Que aventura tan fantástica están viviendo los chicos, y aunque los demás ya conocíamos la experiencia del año anterior parecía como si para todos la experiencia fuera nueva.
La foto del día era ver la sonrisa de los chicos disfrutando del viaje, de la aventura, y su cara de sorpresa a cada cruce con icebergs. Fantástico!!
Llegamos al campamento después de un viaje de dos horas en lancha motora. La pregunta mas en boca de todos es si veremos auroras el primer día. Todo apunta bien, pero hay tantos factores que intervienen en la buena calidad de las auroras!!! Que la duda nos rodea, pero si fuera por las ganas y el positivismo y concordia que nos rodea, seguro que aparecían.
Cenamos con ganas y nos mantenemos a la espera del gran acontecimiento. Todo el mundo sale al exterior continuamente para chequear el cielo. Nunca un campamento tuvo tantos vigilantes!!!! Las auroras si aparecían serán cazadas !!!!!
La lluvia de luz se hace esperar y a eso de las 10:00 empiezan débilmente aparecer las primeras luces. Todos queremos la gran explosión, queremos ver la lluvia de luz, pero el resultado es que aunque hay auroras, éstas son débiles. Se mantienen las expectativas altas.
Pasan los minutos y las horas, hay auroras; pero son muy débiles y sólo las grandes cámaras fotográficas son capaces de detectarlas.
El cansancio del día llega y como la gran aurora no llega, decidimos a eso de la 1:00 de la mañana cerrar la actividad del campamento y nos vamos a dormir. Los chicos han tenido una gran día y una gran experiencia.