Nuestra entrada al Ártico por Islandia
Creo que nuestro primer contacto con Islandia podía ser el esperado, lluvia, viento sin descanso y el frío norteño azotándonos. Ingredientes típicos de un verano polar. Quizás ya con un solo día aquí envidiamos y añoramos el calor y las noches mágicas de Extremadura.
Pero bueno, el ánimo no ha sido afectado, aun es el principio de nuestro viaje e Islandia es sólo una parada técnica para llegar a Groenlandia, donde podemos decir que empieza nuestra aventura con intensidad.
Lo mejor del empiece del día…., la ducha, porque el agua del grifo viene directamente de aguas termales subterráneas a 50º. Son sulfurosas y una delicia para el cuerpo entumecido de frío. Casi todo Islandia dispone en casa de esta ventaja nada despreciable, quizás de lo poco que uno puede sacar de positivo en los días fríos, lluviosos y oscuros.
Así que dedicamos el día a las actividades de formación de emprendimiento y ciencia con los chicos. Ha sido el primer contacto formativo con ellos y la verdad es que no nos ha defraudado, su interés y su predisposición ha sido muy positivo. Hemos estudiado la formación de auroras, y cómo vamos realizar la práctica de calcular la altura de auroras en Groenlandia. Por su parte Carlos ha tenido la oportunidad de dar los primeros pasos en el programa de emprendimiento poniéndoles a prueba. Cada chico, en 15 segundos, debía inventar una historia razonable que surgiera de unir 10 personajes y figuras aparecidas al azar.
Parece fácil, pero lo aseguro que es una gran prueba de destreza en desarrollar habilidades de comunicación ante imprevistos.
El resto del día ha sido tranquilo, y se ha rematado la jornada con una cena típica Islandesa. Por la noche hemos analizado la actividad de auroras en Islandia, es de 4 entre una escala de 10. Ciertamente positivo pero el rugir del viento y el golpeo de la lluvia contra las ventanas nos lleva a la triste realidad de hoy. Imposible verlas aunque nuestros ojos se vayan al cielo constantemente buscando claros.
Nos vamos a la cama, eso sí, me estoy pensando darme otra superducha termal relajante antes de acostarme, mañana nos espera Groenlandia y agua ahí está por debajo de cero grados.
Jose Luis Quiñones