Tomamos el vuelo hacia Narsasuaq, con un avionico de 50 plazas, alguno ya está sudando, ya que la gracia en volar en un pequeño avión de hélices sobre uno de los territorios más difíciles de planeta, nos le hace ninguna gracia. Volaremos muy bajo sobre el Inlandis, la gran masa de hielo que llega hasta el Polo Norte.
Todo el vuelo, es tranquilo, por supuesto entre nubes. Creemos que cuando nos estemos acercando al Groenlandia, puede aparecer una ventana sin nubes que nos permitirá disfrutar de Groenlandia desde el cielo.
De repente, como estaba previsto, se despeja y aparece Groenlandia ante nosotros, como un Dios, con toda su fuerza y esplendor. Su costa totalmente salpicada de montañas y rasgada con innumerables fiordos profundos. Todo signo de detalle se acaba con el blanco infinito del Inlandis. Impresionante!!!! Se nos ha cambiado la cara, la exaltación del grupo llega al máximo. Empiezan a entender el grupo de chicos que esto es muy distinto, extremo.
El trayecto por encima de Groenlandia se hace corto, Nos faltan ventanas en el avión. Nunca he visto unas caras tan pegadas a una ventana como las que estoy viendo!!! Están absorbiendo cada vista y cada detalle como si fuera la única oportunidad en la vida de ver este paisaje maravilloso.
El aterrizaje es un espectáculo único, el piloto tiene que tomar la vía de un glaciar que acaba en el cañón donde al final de él está la pista de aterrizaje. Es un coctel entre espectáculo geológico y naturaleza lleno de emocion.
En Groenlandia el cielo es de un azul tan intenso y tan puro que parece irreal. Y el verde tiene tanto brillo y color que torna el paisaje como si estuviera viendo una postal en directo.
Igual que en precedentes años, para viajar por Groenlandia una de las pocas opciones, es moverse por los fiordos con zodiacs o con helicópteros por el aire. Por supuesto no existen carreteras y para movernos, de una forma fácil, con todo el material tan abundante que llevamos, optamos por las zodiacs.
El viaje en zodiac va a ser espectacular, la luz, la claridad del cielo y la fuerza del paisaje nos va regalar un viaje de aventura total. Los chicos están como motos, alucinan en estéreo; y aunque nosotros, que ya llevamos 3 años viniendo a estas tierras, uan se nos sigue acelerando el corazón con ganas por saborear de nuevo la aventura del viaje.
Durante el trayecto por el fiordo descubrimos muchísimos mas Icebergs de lo normal, Ramón Larramendi, el famoso explorador polar, no cuenta que este verano está siendo realmente excepcional y anecdótico. Ha llovido más que nunca y ha hecho mucho frío. Aún en Junio tenían mucha nieve y algunos fiordos estaban tan llenos de Icebergs que dificultaban seriamente el traslado con zodiacs.
Que cantidad de hielo!!!, que cantidad de Icebergs!!!, quien gana ante tanto espectáculo es el viajero y toda la expedición.
De repente se nos paran los motores de la zodiac!!!!!! En medio del fiordo. Inmediatamente llamamos a la otra para que venga a ayudarnos. Todo al final se queda en un pequeño susto. El motor se quedó descebado por un momento sin gasolina. Menos mal, porque la noche se estaba echando encima y estábamos a mitad de camino.