¡Qué pillín Urdangarín! que ha gestionado el Instituto Noós sin ánimo de lucro (menos mal) con guante blanco para llevárselo presuntamente en negro, según se va viendo, a pachas con su socio y sabueso, Diego Torres, un suponer por ahora pendiente de lo que determine el juez.
Que pillín Urdangarín que, al margen de los manejos con su fundación benéfica (con la que derivó supuestamente a paraísos fiscales fondos de instituciones políticas conseguidos con hechizo de galán de zarzuela).
Que pillín Urdangarín cuando en la Valencia Summit de 2004,que el Instituto Noos organizó para promocionar el turismo de altos pájaros, digo de altos vuelos, durmió en una habitación de las más caras del hotel.
Que Pillín Urdangarín que colocó, en cambio, en una de ‘las baratas‘, (210 euros por dormida, se supone que con desayuno incluido) a doña Corinna… Ya saben, una ‘mujer encantadora’ y ‘el camino para llegar a cualquier parte del mundo,’ según bromearon los empleados de Noós a través del correo electrónico facilitado ahora al juez por el socio sabueso. Qué pilliines los curritos, con sus bromas sobre la ex princesa nacida burguesa.
Al Excelentísimo Señor Don Iñaki Urdangarín, tratamiento que la Casa Real le mantiene en su página web oficial, la alteza se le ha quedado solo en la estatura y la grandeza parece que es ese porte agarrotado que luce cuando pasea de camino a los juzgados con cara de circunstancias. Al margen de esas otras escenas de ‘piernas para que os quiero’ que vimos en las teles con las que sorprendió más de una vez a los pesados de los gráficos que, como a la Zarzamora, le vigilan a deshora.
El pillín de Urdangarín ha logrado con gran éxito que su cotización social ante el pueblo soberano haya bajado tanto como subían las paradisíacas cuentas bancarias de su negocio a salvo, creía, del fisco patrio. Un mero delito fiscal presuntamente, es su defensa. El marido de la hija menor del Rey de España logró labrarse un futuro profesional y hacerse un capital en ocho años.
Atrás quedan su carrera como jugador de balonmano de élite y los estudios empresariales que aportó como dote en su ascenso al altar. El pillín de Urdangarín elevó su nivel y tren de vida tras pasar por la vicaría y obtener una nueva titulación, que ignorábamos podía ser de las más rentables del mercado laboral, aunque no fuera universitaria precisamente.
El pillín de Urdangarín ha provocado con el caso Noós que doña Corinna asome otra vez la gaita mediática, después de lo que ha costado esconderla tras su aparición en el desdichado safari bostwanés . Ése en el que el Rey se accidentó una cadera, inoportunamente lejos de España y de la Reina, pero con una enigmática señora alemana bidivorciada de muy buen ver formando parte del tour. Reaparecida ahora la teutona dama en el guiñol judicial del caso Noós, donde, la verdad, nunca se la esperaba, el fiscal está empeñado en averiguar quién patrocinó a doña Corinna en el Summit de Valencia y otros viajes….
¿El pillín de Urdangarín? Vaya usted a saber.
Basta ver las fotos de la burguesa doña Corinna Larsen en la web para sospechar que con ese físico y encantadora presencia de ánimo no necesita de nadie que la patrocine. Ni siquiera del llamado club de las princesas falsas, en el que se sitúa, gracias al apellido que lleva prestado de su segundo ex marido, el banquero y príncipe alemán Cassi de Sayn-Wittgenstein del que se divorció en 2005.
Es suficiente fijarse en sus ojos para descubrir que es del tipo de mujeres que llevan el timón de su vida, sin derrota en el rumbo por las procelosas aguas de las altas esferas planetarias. Pese a las amistades peligrosas. Como esas que te invitan gastos pago a un evento-negocio que no costean y luego te colocan en la habitación más baratita, mientras ellos, unos pillines, duermen pierna suelta en la mejor suite. Y además, son capaces de sacar a relucir los e-mails de una mujer educada y agradecida, como han desvelado los correos. Con los que el socio sabueso del pillín de Urdangarín parece querer disparar por elevación.