Iba para titular y nos lo devuelven sin haber lidiado un festejo. No se queda ni en sobresaliente. Urdangarín retornará a los corrales ibéricos como sobrero sin haber pisado el ruedo del balonmano catarí. Los emiratos rechazan al infante consorte y dicen que se quede en el reino de su suegro porque no le encuentran hueco. Con la planta que tiene y lo difícil que es de encajar. Y eso que no se le había oído queja del sueldo. Como cuando doña Corinna le buscó un trabajo digno y le logró un despacho en una fundación deportiva sin ánimo de lucro (qué peligro) por el que le soplaban 250.000 euros anuales.
Pero al chico, le preció que no merecía la pena, acostumbrado a manejar los fondos del Instituto Nóos. Mientras su querida esposa, un suponer, cocinaba o planchaba el resto del día, tras salir del trabajo, sin saber los tejemanejes financieros de su santo esposo. Aliviada por librarse de la imputación, otro suponer, ahora podrá llevar el hogar y hasta las cuentas de casa, con mayor relajación.
La Selección de Balonmano catarí no solo ha sido sincera inso que ha dicho además una gran verdad. Que no hay ninguna necesidad de cargar con ese mochuelo. Según un portavoz de la Federación catarí, ‘el nombre de Urdangarín no aparece en ninguna lista’. Eso es finura diplomática. Ni está, ni se le espera.
Resulta que no tiene título oficial y el que tiene, le vale cada vez de menos después del desgaste a que ha sometido al ducado de Palma. En Qatar, afirman, como si no lo supieran antes, que tienen ya todas las plazas de ayudante de la selección del emirato cubiertas, lo cual es una forma de elegante dedecir ahí te quedas. Una pena. A Urdangarín se le esfuma el sueño qatarí y permanecerá en el país en donde la Justicia le produce desvelos y puede que algo más.
El intento de poner tierra de por medio no ha dado resultado y los esfuerzos que su señor suegro, dicen que hizo, para colocar al marido de su hija lo más lejos posible se han ido al traste. Como las esperanzas depositadas en el atractivo deportista y después ambicioso negociante contra el que contrajo su querida hija.
No creo que doña Corina, tan calladita ahora y que tanta mano tiene con el mundo emiratino, esté detrás del rechazo urdangariano, aunque en la alta política y las finanzas, los caminos son tan inescrutables como las huellas de un dromedario en el desierto después de una tormenta de arena. Siempre que no lleve microchip con GPS, y a su montura no le dé por envíar emails a nadie desde el tablet, claro está. Con los socios, ya se sabe lo que pasa, incluso yendo todo bien y manejando millones.
Se nos avecinan nuevos capítulos más de esta serie real como la vida misma cuyas hipotéticas entregas: ‘Un príncipe busca trabajo’ ‘No, sin mi declaración de hacienda’, ¿La amnistía fiscal… no es para los presos?.. auguran grandes índices de audiencia para ser devorados con frenesí por la hydra mediática.
Mucha más que el concurso ‘Un príncipe para Corinna’, en donde seguro que el susodicho encontraba un curro como aspirante a la televisiva princesa de pega y reventaba las audiencias. Ahora, justamente cuando su abogado pregunta a los periodistas si saben ‘de algo’ para el tal. Pues sí, mire usted por dónde. El reallity le viene al pelo.