A los periodistas nos ha dado últimamente por meter el dedo en el ojo a los gobernantes debido a su frenesí inaugurador. Siempre es así cuando vienen elecciones, gobierne quien gobierne, aunque el gobernante de hoy no recuerde cuando era oposición –la memoria es selectiva— lo contento que se ponía porque los periodistas criticaran ese frenesí en su adversario y ahora piense que todo se debe a la inquina de los periodistas. Lo mismo le ocurre, pero al revés, al gobernante de ayer y hoy oposición, que pone a caldo al adversario por hacer lo mismo que él hacía cuando gobernaba, quizás porque, también por los caprichos de la memoria, olvide que incurrió en idéntica frenética pasión por inaugurar cosas, inaugurables o no. El caso es que en cuanto se barruntan elecciones, a nuestros representantes, de cualquier partido, les entra el síndrome de la primera piedra y allá que van a cumplir con la ceremonia de la urna, los periódicos y las monedas.
Yo tengo por un genio del teatro aplicado a la política a quien inventó ese rito tan simpático porque invariablemente consigue dibujar un gesto sonriente en las caras de todos los que contemplan el trajín de políticos doblando periódicos y echando monedas a la caja de metacrilato. Pero sin desmerecerlo, tengo por mayor genio aún a quien ha logrado incluir el adjetivo ‘pionero’ en cuanta cosa hace o dice hacer. Porque es como extender el espíritu de la inauguración a toda actividad política y sin necesidad de primeras piedras, a las que al fin y al cabo hay que asistir físicamente, ni de atenerse a los engorrosos plazos que marca la ley electoral. Ser pionero en algo es como abrir un camino, empuñar una bandera, como hollar un territorio inexplorado: ser pionero es la inauguración total. Imagínense a Vasco Núñez de Balboa, el adelantado que vio por primera vez el Pacífico, el único que, por ser pionero, pudo decir: “Queda inaugurado este océano”.
Pues bien, nuestro gobierno regional ha llegado tarde a lo de inaugurar océanos pero hay que reconocerle su pasión por ser pionero en lo que sea. Prueben a escribir la palabra pionero en gobex.es: aparecen más de 600 entradas. Prueben con ‘pionero Extremadura’ en Google y verán cómo, solo en la primera página, aparecen referencias a que nuestra región es pionera en crear un marco normativo de regulación de la lengua de signos; en musicoterapia para personas con deterioro cognitivo; en atención a menores con necesidades pediátricas por discapacidad; en la constitución de un Consejo Asesor de pacientes con carácter abierto y participativo; en la elaboración de un Plan de Fomento y Consolidación del Autoempleo; en la adaptación del Reglamento de la Asamblea a la ley de Gobierno Abierto… ¿Hay quién sienta más pasión en ser pionero?
León Felipe, que se moría por ser aguafiestas, decía: “No hay que llegar primero/ sino con todos y a tiempo”. Pero que un poeta reniegue de ser pionero viene a ser, incluso, garantía de que lo pionero, políticamente, mola. Solo hay que ver que los poetas no han ganado nunca las elecciones.