>

Blogs

Antonio Tinoco Ardila

Apenas Tinta

Tesoro

No me dan ganas de escribir de nada salvo de la perplejidad que siento al ver que ningún partido hace el esfuerzo mínimo que cabría exigirle, en razón de la confianza depositada en él por sus votantes, para dar una salida a la situación política surgida de las elecciones del 20 de diciembre. Ya se sabe que los resultados que arrojaron no admiten soluciones sencillas, pero nadie dijo que la política tuviera la obligación de serlo, porque si así fuera nos bastaría con elegir al presidente del Gobierno por sorteo. La tarea que las urnas encomiendan a los partidos es interpretarlas en el único sentido responsable que cabe y que debería ser entendido no como una confusa encomienda, sino como su inmediato deber: conformar una mayoría que permita tomar decisiones, y con la menor demora posible, sobre los muy serios y perentorios problemas que tenemos los españoles. Entiendo que no siempre se logra; lo que no entiendo es que en ese propósito no se empeñen todas las energías, de tal manera que los partidos se abandonan sin rubor al escapismo, a la dejación de obligaciones, a oponer al interés general el particular partidista, cuando no de esta o aquella facción; de este o aquel líder. Que es lo que está ocurriendo. De ahí mi perplejidad.

No creo que nadie votara al PSOE para que apenas a las 48 horas transformara su voto en munición con la que batirse entre las múltiples banderías que asuelan ese partido; no creo que nadie votara al PP para que su líder –al que las urnas le dieron el puesto de primera minoría, que es derecho preeminente pero también la responsabilidad más alta que a ninguno de construir una mayoría parlamentaria en torno suyo–, para que su líder, digo, se sentara en la Moncloa a recibir a los otros líderes sin el más mínimo propósito por enhebrar algo parecido a un acuerdo, sino simplemente por si alguno encuentra atractiva su compañía; no creo que nadie votara a Podemos para que, a los 48 minutos de saberse los resultados, se dedicara a cavar trincheras con su voto, como si la política fuera el hábitat del zapador; ni a Ciudadanos, que se ha entregado con armas y bagajes al PP adoptando, sin que se sepa por qué, el papel del perfectamente prescindible intermediario.

Oteo el horizonte y no detecto en ningún partido el mínimo interés necesario que me haga pensar que valoran mi voto en lo que vale: que mi voto –es decir, el de usted, el de todos— es una herramienta de construcción política. Con esa intención lo deposité en la urna, así que se merece el respeto de intentar utilizarlo para lo que fue emitido, y no de desecharlo sin más por inservible antes de buscar su utilidad y estar ya pensando en que le dé otro.

El pasado lunes, Sansón, el lúcido viñetista de este periódico, ponía en boca de uno de sus personajes la siguiente frase: “Lo cierto es que la idea de repetir elecciones suena como si nos dijeran a los votantes que nos hemos equivocado”. Tiene razón Sansón: nos hemos equivocado, pero no en el sentido en que lo creen los partidos, sino por elegir a quienes, ignorantes para comprender que nuestro voto es un tesoro, lo estiman baratija.

 

 

Temas

Otro sitio más de Comunidad Blogs Hoy.es

Sobre el autor

Blog personal del periodista Antonio Tinoco.


enero 2016
MTWTFSS
    123
45678910
11121314151617
18192021222324
25262728293031