Por supuesto, yo iba con Portugal. El gol de Éder me produjo una de esas alegrías que sólo se sienten de niño, aumentada porque ocurrió precisamente en los momentos en que todas las esperanzas iban tomando el camino que conducía a las manos del portero Rui Patrício, del que confiábamos que dominara, con la misma […]