La madrugada del sábado, justo al final de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos, me propuse vivirlos como si estuviese en el mismo Río en lugar de en Badajoz. Terminó de convencerme Vanderlei de Lima, el último relevista de la llama olímpica, el que encendió el pebetero con el fuego sagrado de los […]