Acabaré ‘Ordesa’ y empezaré de nuevo. Y lo iré leyendo poco a poco, nada más que una página o dos cada día, o quizás sólo un párrafo, pero siempre, porque es la única forma que hay de leer ‘Ordesa’, con la devoción y el recogimiento con que se lee un breviario. Leo ‘Ordesa’ y me […]