Por Angela Pérez
Hace dos días, un viejo amigo me comentó que se quedaba sin trabajo. El porqué es el de siempre, que la empresa ya no puede mantenerle. Su reacción ante este inesperado despido fue la que muchos están teniendo hoy en día, resignación y posterior conformidad. “Es lo que hay, ¿qué le vamos a hacer?”. Ahora se plantea irse fuera y seguir estudiando, en este caso un máster, aunque claro, ese curso que antes le hubiese costado unos 2.800 euros, el próximo año valdrá cerca de 4.000. Toca apretarse el cinturón, y mucho.
Ayer, otro amigo que lleva desempleado demasiados meses, me contó que se presentará a los exámenes que ha convocado el Ayuntamiento, de auxiliar administrativo: 21 plazas y 2.730 opositores, que lucharán por conseguir una de las 16 plazas de funcionario para trabajar en el Consistorio pacense y otros 1.248 por las cinco para cubrir plazas de laboral fijo en los patronatos municipales. Números poco alentadores.
Pero ambos, como los más de 20.000 parados de la ciudad, mañana aparcarán sus problemas a un lado. La primera cita ineludible del día será el partido de España. “Ya tengo la bandera colgada en el balcón”, me dijo uno de ellos.
Después no perdonarán la noche más mágica del año, la de San Juan. Somos españoles, somos de la Roja. Y parece que en fútbol no nos va tan mal como en el resto de las cosas. También somos pacenses, lo que significa que a partir de hoy nos quedan nueve días de fiesta. Y es que como dicen, quien no se consuela es porque no quiere.
Pues bien, mañana me uniré a ese consuelo colectivo. Incluso puede que me anime y hasta llegue a colgar uno de esos cientos de banderines españoles que ondean con orgullo en los balcones de la ciudad. Y, por supuesto, no quiero perderme los fuegos, ni el algodón de azúcar, ni las rimas de los Hermanos Pernía, ni esas atracciones que dicen que este año nos van a impresionar y, ni mucho menos, me perderé esas enormes colas de coches y coches en busca de un huequecito en el ferial. Es lo que hay, ¿qué le vamos a hacer?
Al menos espero que la próxima Feria y Eurocopa no tengan que valernos como consuelos.