En la pantalla instalada en la plaza San Francisco (justo en la de La Marina) proyectan imágenes del tramo rehabilitado de la Alcazaba árabe. Las muestran como símbolo de orgullo, la satisfacción de haber empezado y terminado de restaurar la franja de la muralla que abarca entre Puerta de Carros y Puerta del Alpéndiz. Aunque únicamente se exhiben fotografías de la parte recuperada, este recinto amurallado tiene una cara B. O, mejor dicho, la cruz de este monumento.
Las zonas que están pendientes de arreglo (las ermitas, la otra mitad del cinturón murado, La Galera, las laderas y la musealización) parecen haber sido olvidadas por las Administraciones que se comprometieron a reparar este recinto. Estas áreas del enclave se encuentran tan degradadas que no han sido incluidas imágenes suyas en esta proyección.
Pese a la satisfacción y el orgullo que produce recuperar el monumento más importante de una ciudad, ni los Presupuestos del Estado ni el proyecto de presupuestos extremeños para 2013 recogen partidas para este fin. El alcalde de Badajoz, Miguel Celdrán, ha afirmado que el Ayuntamiento de la capital pacense tratará de aportar la cantidad que le corresponde para que los trabajos no se interrumpan. Era un compromiso que, como muchos otros, se ha arrinconado.
En este caso, la amenaza no solo acecha a la parte pendiente de rehabilitación, sino a la zona que ya ha sido restaurada. Si las obras se retrasan mucho, se corre el riesgo de que el muro recuperado comience a deteriorarse. El tiempo, la falta de cuidado y el vandalismo pueden hacer que el recinto vuelva a unificarse y no gracias a los arreglos, sino a causa de los destrozos que puede sufrir.