Habrá habido mayor o menor seguimiento en la Huelga General convocada ayer por los sindicatos UGT y CCOO, pero lo que es cierto -y era fácilmente comprobable- era que Badajoz funcionaba ayer a medio gas: poca gente por las calles (sobre todo por la mañana), comercios abiertos pero con pocos clientes y bares operativos pero sin apenas usuarios. Parecía cualquier sábado de un fin de semana normal y corriente.
Precisamente es en estos días cuando los pacenses descubren la ciudad. La ciudad y sus defectos. El que mejor es percibido por los pacenses es el tráfico. Llegar al centro de Badajoz en coche no es ningún problema, es más, hasta se puede aparcar con facilidad. Menos retenciones y atascos hacen la conducción mucho más sencilla y segura.
El menor bullicio y la menor cantidad de vehículos que soportan las arterias principales de la ciudad hacen de la capital pacense un espacio menos ruidoso y más ameno.
Parece extraño que tengan que llegar jornadas como estas para ser conscientes de la problemática que sufre Badajoz en cuanto a su situación vial. El gran volumen de tráfico que tolera la ciudad –sobre todo en el centro y en horario comercial– así como la falta de aparcamiento, entre otros aspectos, hacen plantearse si de verdad la sociedad pacense ha avanzado lo suficiente en materia de sostenibilidad.
Desde las diferentes administraciones y colectivos de ciudadanos se plantean continuamente medidas enfocadas a ir aparcando el coche y potenciar medios de transportes alternativos. Generar este hábito en la población pacense cuesta, pero lo importante es seguir con esta línea de trabajo y continuar proponiendo iniciativas orientadas a este fin hasta hacer de Badajoz la ciudad del futuro de la que tanto se habla en la actualidad.