Por Evaristo Fernández de Vega Hace unos días, mientras me afeitaba, el techo del baño se vino abajo. Un milagro hizo que las placas de yeso cayeran en la zona de la bañera, pero me llevé un susto de muerte. Ayer, cuando vinieron a repararlo, los albañiles me explicaron que era una tragedia anunciada. Cuando […]