Hacía años que no se escuchaba a un ciudadano en el Pleno. En alguna ocasión han tratado de hablar o han levantado la voz. En la última legislatura nunca se les permitió terminar la intervención porque no habían seguido los pasos reglamentarios. Todos aquellos que quieran expresarse ante el máximo foro político de la ciudad deben registrar su pregunta por escrito antes del día de la sesión. Al término del pleno, antes de levantarla, el alcalde puede darles la palabra. Es el regidor, en calidad de presidente de la sesión, quien decide quién habla. Ayer, dos personas lo habían hecho de forma correcta. la primera mujer, Ana Manuela Benítez, pidió el autobús para el Cerro Gordo los domingos. Realizó una exposición clara y correcta, aunque directamente no consiguió ninguna respuesta. El segundo, Daniel Tinoco, también realizó el protocolo establecido y había registrado su pregunta sobre desahucios y posibles medidas por parte de la Administración local. Fue sin embargo, cuando él terminó, cuando otras personas afectadas por procesos de desahucio trataron de hacerse oír. Celdrán dio por terminada la sesión entre voces.
Conviene quizás recordar que las sesiones, tanto las de Pleno en el Ayuntamiento como las de cualquier otro órgano político, están sujetas a unas normas y unos procedimientos que no se pueden saltar. Quienes ayer habían seguido el protocolo, pudieron expresarse. No es que Celdrán lo hiciera bien ni mal al darle la palabra a los dos ciudadanos. Hizo lo que tenía que hacer. Y punto. El problema en estas intervenciones viene precisamente en quienes tratan de saltar al ruedo como un muletilla, sin tener el permiso del presidente de la Plaza. Al final, esos vaivenes de capote van en detrimento de los colectivos y ciudadanos que tienen algo que decir ante el foro de la ciudad. Quizás porque vienen a dar la razón a quienes prefieren dejar el reglamento de participación ciudadana como está, regulado desde 1988, en lugar de crear otra norma que pudiera incrementar la presencia de los particulares en la vida municipal.