Hace algo más de una semana el Ayuntamiento confirmaba que las viviendas sociales de Las Moreras se iban a entregar a las familias aplicando un baremo de necesidad y no por sorteo, como viene siendo habitual en este tipo de inmuebles. Pero lo novedoso de este proceso es que ahora, los solicitantes de estos pisos no son sólo el tipo de familia que todos tenemos en la cabeza con falta de recursos. La historia ha cambiado mucho. A la lista de demandantes se les unen aquellos que no han podido pagar la hipoteca de su vivienda y han sido desahuciados y otros que no pueden asumir el alquiler…
En el otro lado está la promotora Jardines del Guadiana, que con la certeza de que en Badajoz sigue habiendo mercado, se lanzan con un ambiciosa promoción de hasta 1.200 viviendas y con la convicción de que las van a vender. ¿Están locos? ¿O realmente saben que ahora mismo la ciudad (y el país) se divide entre los que tienen que esperar por una vivienda social y los que, con la que está cayendo, todavía se pueden permitir comprar un piso? El tiempo lo dirá…