Escuchar ‘El amor brujo’ de Manuel de Falla de la mano de la Orquesta de Extremadura es todo un lujo, y si encima el contexto es el corazón de la ciudad, mejor aún.
La Plaza Alta acogió el pasado jueves un bonito concierto y quedó patente, de nuevo, lo desaprovechado que está este emplazamiento para actividades culturales de cualquier tipo. Recuerdo que durante una ‘Noche en Blanco’ colocaron una pantalla y proyectaron ‘Desayuno con diamantes’ en versión original y con subtítulos en español. Fue todo un éxito de público.
Quizá esta iniciativa debería dejar de ser algo excepcional y convertirse en un clásico del verano pacense. ¿Un filme al aire libre en una noche estival en esta plaza? Suena muy bien.