ANTONIO GILGADO | Si antes de abrir las puertas ya hay quien espera fuera, es que hay interés por entrar. El Revellín de San Roque ha pasado de cuarto para los trastos de los barrenderos a albergue juvenil por obra y gracia del famoso Plan E de Zapatero.
Han tardado dos años en abrirlo, pero desde hace tiempo llama gente que quiere estrenarlo y preguntan para reservarlo.
La novedad atrae en Badajoz. En el centro comercial de la avenida de Elvas que abrió el año pasado las colas de coches llegaron hasta la Urbanización Guadiana los primeros días y a las puertas de la Biblioteca del Estado que inauguró el ministro Wert se amontonaba la gente antes de la cinco de la tarde durante la primera semana.
Con el Revellín ya estrenado ahora hay quien pregunta por el antiguo mercado de Santa Ana o el parque del Guadiana. Arrastramos la herencia de la época de vacas gordas. Entonces se inauguraba algún edificio cada año. Ahora llegan a cuentagotas. Va con los nuevos tiempos. No se estrena ropa, no se estrena ordenador, no se estrena coche, pero al menos estrenamos albergue.