Por Tania Agúndez
En Badajoz ya se ha registrado una bajada de temperaturas y las lluvias han comenzado a llegar. El otoño ya empeza a dejar sus huellas en la capital pacense, que se hacen aún más presentes y visibles en aquellas barriadas que registran problemas de asfaltado o en la red de aguas.
A finales de la semana pasada vimos cómo se inundaban algunas calles de Suerte de Saavedra -problema que no es nuevo- y cómo numerosos vehículos se quedaron atrapados en las grandes balsas de agua que se forman en distintas áreas de la ciudad.
A esto hay que añadir un deterioro del pavimento en muchas calzadas. Sólo hay que darse una vuelta por el centro de la ciudad, San Roque o el Gurugú, entre otras áreas, para comprobar las grietas y socavones aparecidos y/o agrandados en el firme.
Es cierto que las inclemencias meteorológicas son incontrolables, pero se evitarían muchos de estos problemas en el entorno urbano si existiese mayor y mejor control así como un mantenimiento correcto y continuo de las infraestructuras de la ciudad.