Badajoz está ganando espacios. Durante los últimos años la ciudad ha ido sumando enclaves que, tras un proceso de acondicionamiento y renovación, han vuelto a tener vida. Es el caso de gran parte de la muralla de la Alcazaba, el Fuerte de San Cristóbal, el revellín de San Roque, el baluarte de San Pedro, el parque de la Legión o las márgenes del río Guadiana a su paso por Badajoz, entre otros.
Gracias a las obras de mejora que se han llevado en algunos casos (o aún se están realizando en otros) los pacenses disponen de monumentos y emplazamiento recuperados. Lugares a los que se les ha devuelto su dignidad.
Las intervenciones que se han acometido en estos sitios han supuesto un revulsivo para la ciudad a nivel urbanístico, social y turístico. La imagen de las zonas sobre las que se ha actuado ha cambiado por completo. Han pasado de ser áreas en estado de abandono a puntos atractivos. Además, han permitido que los ciudadanos puedan volver a recorrer, pasear y utilizar estos espacios. Sólo hay que echar un vistazo a San Cristóbal o el recinto islámico, cuyos fines de semana recibe numerosas visitas. O el revellín de San Roque, que ahora alberga un centro de asociaciones utilizado por colectivos juveniles de la ciudad y y un albergue que tienen a disposición los viajeros. O el aparcamiento de San Pedro, que se inaugura hoy, y cuya apertura es ansiada por los vecinos de Badajoz desde hace semanas. En la misma situación se encuentra ahora los parques del río, que ya empieza a ser usado por los pacenses. Y el parque de la Legión, que poco a poco comienza a ver sus infraestructuras arregladas (como es el caso de sus fuentes y jardines).
Son emplazamientos adecuados y puestos a disposición de todos para su uso y disfrute. Esperemos que este mismo futuro sea el que tengan el resto de los enclaves que faltan por recuperar, porque gana el patrimonio y se beneficia la ciudad.