Por ANTONIO GILGADO
Correr, correr. El mensaje antisendentarismo de los médicos ha calado en la ciudad y calzarse las zapatillas para darle vuelas a los puentes se ha convertido ya en un acontecimiento social.
Imprescindible llevar pulsómetro con GPS, medias de compresión, auriculares antisudor y gafas polarizadas. Uno no puede salir de cualquier manera. Y para presumir de marcas hay muchas carreras para adelantar a tu vecino.
El pasado domingo fue para la fundación Vicente Ferrer en el Campus, pero también se puede apuntar a la de las enfermedades raras o a la de la Asociación Española Contra el Cáncer.
Para los que han superado el nivel inicial tienen la maratón o la media maratón, mejor la Elvas–Badajoz que la Badajoz-Elvas, que la cuesta de ‘Pagapouco’ se atraganta.
Los militares se lucen en la de los baluarte, los carnavalero en la Sal Silvestre, quienes tienen mascotas pueden probar la punta de velocidad de sus perros en el canicroos de la explanada de los mercadillos y para los que no renuncian a la cerveza se organizan también pruebas de ‘beer runners’ en la Granadilla. Correr.