La cena para toda una familia es una tortilla de un huevo. Es el gancho del anuncio que Curz Roja ha lanzado para pedir a todos los españoles que miren a su alrededor y compartan. Por primera vez, la institución dedicará la recaudación del día de la bandera, íntegramente, a familias españolas que no llegan a fin de mes. Hace apenas unos días, media España ponía el grito en el cielo por las imágenes de españoles rebuscando en la basura en un periódico estadounidense. Y esta misma semana las páginas de HOY publicaban una información en la que el Banco de Alimentos de Badajoz pedía ayuda para poder entregar los mil lotes que empiezan a repartir en menos de una semana. No tienen con qué llenarlos. Los beneficiarios son pacenses. Sus vecinos, los míos. Gente que vive en la ciudad y en los pueblos, algunos también residentes en Portugal. Nadie está a salvo de la lacra del desempleo y tampoco del momento en que las prestaciones se agotan. El almacén del banco está lleno de tomate. Salsa de tomate frito y tomate concentrado. Por todos lados. Esta organización se ha encontrado con un doble problema: las empresas cada vez reparten menos y el número de personas que necesita de su ayuda para comer crece a diario. En Badajoz lo que más hay son fábricas de tomate, así que es lo único que se amontona en las instalaciones del Nevero. Desde la institución lo han dicho muchas veces, no hace falta realizar grandes aportaciones. Con pequeñas cantidades también se puede ayudar. En el comedor de las Hermanas de la Caridad destacaban hace unas semanas que ha cambiado el perfil de sus usuarios. Cada vez acuden más trabajadores en desempleo. Ya no reciben a los ‘sin techo’ del Caso Antiguo. Empiezan a ver a menores de 30 años, desempleados de la construcción, a padres de familia que dedican lo poco que tiene a que su familia coma en casa. La crisis tiene mil caras. Las de las 2.000 familias que pierden todos sus ingresos al mes en la región, según la denuncia reciente de las oenegés.

Mientras los gobernantes piensan qué hacer -con una tranquilidad pasmosa ante las crecientes necesidades- quizás tenga alguien en su bloque que hoy tiene poco más que una tortilla para todos los comensales. Piénselo y, si puede, ayude.