Para atraer a la gente hay que llamar su atención. Ofrecerles actividades y seducirles con propuestas novedosas y originales. En definitiva, resultar atractivo al público. En numerosas ocasiones el periódico HOY ha recogido en diferentes artículos la decadencia demográfica y comercial que vive el Casco Antiguo. Cada vez vive menos gente en este barrio, con lo que hay menos usuarios y menos clientes potenciales. Esta situación ha forzado el cierre de algunos establecimientos.
Es obvio que esta zona tiene mucho que ofrecer. A nivel cultural e histórico, ya que en su entorno se encuentran los monumentos más importantes de la ciudad. A nivel gastronómico, porque se pueden encontrar multitud de bares y restaurantes para comer muy bien. A nivel de ocio, ya que concentra algunos de los pubs y discotecas más concurridas de la capital pacense. En cuanto al comercio, aunque no vive uno de sus mejores momentos en este área, tiene a su favor que posee un carácter mucho más artesanal que en cualquier otro barrio de Badajoz. Pero esto no es suficiente.
Pese a todos estos factores, el Casco Antiguo no se puede quedar dormido. Es necesario ofertar actividades, dinamizar el centro de la ciudad para que no decaiga la vida en esta parte de la ciudad. Así, para dar a conocer los enclaves más emblemáticos se organizan visitas guiadas a los diferentes monumentos de Badajoz; para potenciar la gastronomía se llevan a cabo rutas gastronómicas, como la feria de la Tapa que arranca precisamente mañana. Algunos locales realizan conciertos, iniciativas que se podrían extender a la calle u otras partes de la ciudad. El sector comercial también ha lanzado propuestas, como la ‘Shopping Week’.
Son buenas ideas, que en las que se tiene que seguir trabajando. El Casco Antiguo tiene que estar más unido que nunca y en todos los sentidos.