Un tiovivo con aires de otras épocas y un embajador de los Reyes Magos. Son dos de las atracciones que ha traído la Navidad al Paseo de San Francisco. Un concurrido puesto de churros y un completo mercado de artesanía han dado al centro lo que necesitaba en diciembre. A Badajoz le faltaba algo en estas fechas en que otras grandes ciudades se convierten en parques temáticos para anticipar la llegada de Sus Majestades de Oriente. La capital pacense todavía no confunde la ilusión de los pequeños con atracciones por todos lados, pero ha dado un gran paso para el entretenimiento creando un lugar con magia en el corazón de la ciudad. Incluso, ese aire impregna el mercado de originales regalos con sello artesanal y todo lo necesario para montar el Belén.
Los domingos por la tarde, este céntrico paseo se suele convertir en un lugar desierto. Ni los quioscos que tanta gente atraen cualquier día entre semana están abiertos. Sin embargo, desde que el Ayuntamiento ha convertido este punto en el lugar más navideño no hay día que los pequeños no se arremolinen para hacerse una foto junto al trineo de luces o hagan cola para hablar con el delegado real. El último domingo, la cola del puesto de churro era larga. Lo que viene a demostrar que los pacenses agradecen las iniciativas y han dado su aprobado a esta nueva iniciativa de Navidad.