Por Antonio Gilgado
El Guadiana marca el ritmo de la ciudad. La espectacular crecida de la última semana ya está registrada en móviles, cámaras de fotos, redes sociales y fondos de pantallas. Muchos empezaron a comparar los registros con lo ocurrido en la fatídica riada de 1997 y alteró, sin quererlo, la rutina de los vecinos. Afortunadamente, el susto duró poco tiempo, en menos de 48 horas se tranquilizó. La gente dejó de hacer fotos y de hablar de inundaciones históricas.
Salvo las parcelas de regadío del Rincón de Caya y los paseos del parque, poco más se ha llevado por delante, pero ha vuelto a despuntar como protagonista de la ciudad.
Ahora toca volver a la normalidad, a pasear por los puentes, a pescar en el azud y a ensuciar los márgenes. Hasta que llegue otra crecida.