Por Racío Romero
La Fiesta de los Palomos iba a pasar de largo, sin polémicas. Un éxito de público -8.000 personas solo en la Plaza Alta-, un multitudinario concierto de Soraya y el epicentro de la reivindicación fiestera en Badajoz. Así iba a pasar a la historia la segunda edición del palomar. Sin embargo, el concejal de Turismo, Germán López, se metió ayer en un charco del que después no supo cómo salir. “Para un botellón en la Plaza Alta, ni hacemos fiesta ni damos 2.500 euros”, dijo en referencia a la subvención municipal y a que la jornada reivindicativa se convirtió en un macrobotellón. Los organizadores, la fundación Triángulo, no quisieron entrar en la polémica.
Sin embargo, desde el propio Ayuntamiento se apresuraron a desvincularse de la opinión de Germán López. Aquí hay que ir de gavilán o paloma. No valen las medias tintas y el alcalde, Miguel Celdrán, y su equipo no quiere más polémicas con el colectivo gay. No hay que olvidar que fueron unas palabras del alcalde las que provocaron que Wyoming y La Sexta se llevaran semanas repitiendo la grabación y anunciando la caravana. “Aquí en Extremadura los palomos cojos los echamos para otro lado. Estamos todos muy sanos”, dijo Celdrán en una tertulia de radio. En su equipo no quieren volver a quedar en evidencia ni tampoco molestar a nadie. Así, que todos a callar y a meter la cabeza debajo del ala. De ahí que Germán López se quedara solo tras emprender el vuelo de la crítica.
Para evitar precisamente que se especulara sobre si Celdrán está a favor o en contra de la Fiesta de los Palomos, el propio Ayuntamiento aportó una cantidad simbólica (esos 2.500 euros). Poco para que la fiesta se pueda desarrollar sin más apoyos y algo para evitar la polémica y aparecer como una barrera a su celebración. Con esta táctica municipal iba a olvidarse la jornada esta semana, sin más controversias, hasta que Germán López abrió la boca.