Por NATALIA REIGADAS
Hace dos semanas, al presentar el programa de actos de las fiestas del Mirador del Cerro Gordo, titulé ‘Llega el Carnaval en tirantes’. El sábado más de uno pudo burlarse de mí porque hubo murgas, comparsas y disfraces, es decir, hubo Carnaval, pero nadie se atrevió a ir en tirantes. El tiempo traicionó a los organizados e hicieron falta chaquetas, abrigos e incluso algún paraguas.
Me acorde del presidente de la Asociación de Vecinos del Cerro Gordo, Gregorio, que estaba emocionado con su Carnaval y decía: “por fin las niñas de Badajoz irán vestidas de princesas sin llevar 50 capas debajo”. No se cumplió. Parece que entre los dos lo gafamos.
Lo bueno es que el mal tiempo fue anecdótico. A pesar del fresquito, el Carnaval de Verano consiguió un buen respaldo para ser el primer año y coincidiendo con la Coronación de La Soledad, lo que fue un error de elección de fecha a mi juicio. Todo indica que el Mirador del Cerro Gordo volverá a repetir y eso es lo importante. Creo que será una de esas fiestas que se cocinan a fuego lento, poco a poco, pero que se vuelven un gran evento. Habrá que esperar un año y desear que por fin esa niña se ponga el vestido de princesa con los brazos al aire.