Por Rocío Sáchez
El barrio viejo de Badajoz ha vuelto a dar un aviso de su fragilidad. En la madrugada del pasado jueves la cubierta de una vivienda de la calle Luis de Morales se venía abajo y dejaba en la calle a una familia. En este derrumbe los vecinos han vuelto a tener ‘suerte’. Sólo hubo que lamentar daños materiales. Pero el Casco Antiguo ha lanzado de nuevo una señal de alerta. Hace apenas cuatro meses se caía otra casa en la calle Encarnación, muy cerquita del último desplome. En aquella ocasión las autoridades le echaron la culpa a la lluvia. Esta vez no ha caído ni una gota.
Ahora el Ayuntamiento está muy orgulloso porque va a arreglar El Campillo, con unifamiliares de dos alturas y una plaza árabe decorada con una fuente, y porque va a montar en la Plaza Alta un sistema de alumbrado artístico para sorprender a los ciudadanos. Efectivamente esa es la parte del Casco Antiguo que se puede iluminar. El resto del barrio seguirá a oscuras y viniéndose a bajo poco a poco.