Tenía pensado hablar de en esta primera entrada tras el partidazo de anoche en Melilla solo de baloncesto, pero veo que la publicación por parte de club de los precios para el tercer y cuarto partido ha acaparado de repente todo el protagonismo. Me he pasado por los ‘mentideros’ habituales del basket cacereño y la gente está que trina con el asunto. Vale que no se trataba de hacer lo mismo que el Melilla (socios de tribuna gratis y el resto, tanto abonados como no, a cinco euros) porque son realidades distintas, pero creo que se le ha ido un poco la mano a la directiva pidiendo 35 euros por dos partidos a los no abonados, y 20 si van solo a uno, sin opciones de conseguir descuentos por otras vías. Me parece comprensible en este punto la reacción. Los aficionados quieren apoyar al equipo, pero no a cualquier precio. Aún no descarto que se trate de un globo sonda lanzado por el club en busca de definir esa línea roja que sabe que no debe traspasar si quiere atraer al Multiusos a más gente además de los de siempre, los que no van a faltar porque llevan en la sangre la droga del baloncesto. Es un asunto peliagudo. Aún queda mucho tiempo hasta el viernes y la directiva estará seguramente estudiando la respuesta que ha habido al anuncio por si considera conveniente ofrecer alguna alternativa más económica, en forma de packs como los de los cuartos de final, aprovechando los fondos del pabellón o lo que se les ocurra. La decisión es suya, por supuesto. También conviene recordar que el tercer partido coincide con la final de la Copa del Rey de fútbol.
Pero alejémonos un poco de los árboles y abramos la mirada al bosque, esto es, la semifinal que regresa a Cáceres empatada a uno y las sensaciones que quedan tras el partido de ayer en Melilla. Las mías no son malas. Es evidente que lo ideal hubiera sido el 0-2, pero veo algunas condiciones muy favorables al Cáceres que podrían servir para cerrar el pase a la final esta misma semana en el Multiusos, o si no al menos para volver a viajar a un quinto partido con opciones bastante serias. El factor campo a favor o la previsible recuperación de José Ángel Antelo, e incluso de Pedro Robles, son las más obvias, pero rascando un poco encontramos otras que también invitan al optimismo. Menciono algunas: Todo el equipo esta muy motivado, empezando por un Leon Williams que ve en estos playoffs un gran escaparate para su carrera (solo tiene 25 años), y siguiendo por otros como Francis Sánchez, que quiere sacarse de una vez por todas la espina de haber rozado varios años el ascenso y no haber conseguido aún ninguno. Sus cuatro triplazos imposibles en el último cuarto de anoche seguirán dando que hablar. El equipo está cansado, pero tanto o más lo está el Melilla, y ellos sin posibilidad de recuperar ninguna pieza porque McKeither está roto para meses.
Esperemos que durante la semana el baloncesto vaya volviendo a ocupar el centro del debate. Unas semifinales de ascenso a la ACB bien lo merecen.
A ver si se calman las aguas y esta semana os cuento la historia de la ‘guerra del Fary’, una cachondada del heterodoxo pívot del Melilla Nacho Romero, y la ‘venganza’ que, sospecho, están preparando algunos jugadores del Cáceres, ya podéis imaginaros quiénes. De momento os dejo una foto tomada en el entrenamiento de ayer por la mañana en el Javier Imbroda.