Pues eso, buena la que está liando el Cáceres en estos playoffs, y la que se va a montar como gane mañana el cuarto partido en el Multiusos y se plante en la final con el Menorca. He hablado hace un rato con Gustavo Aranzana y Dani Rodríguez para la previa y ambos transmitían una mezcla de serenidad e ilusión que me parece muy conveniente para este sábado entre partidos de playoffs, en el que siempre les cuesta mucho a los jugadores desconectar, sobre todo cuando tienen ante sí una oportunidad tan buena tanto en lo colectivo como en lo personal. Una final por el ascenso es un caramelo para ellos, ya que la mayoría aún tienen la ambición de seguir creciendo en el baloncesto.
La gran fiesta de anoche en el Multiusos se puede quedar pequeña comparada con lo que se vislumbra para mañana. Sin final de Copa del Rey de por medio y con el cebo de que se trata de un partido decisivo es muy probable que el pabellón registre este domingo la mejor entrada de los últimos años. Ese sería el mejor remedio para el tremendo cansancio que arrastran gran parte de los jugadores, sobe todo los hombres del perímetro, que se están teniendo que multiplicar por la lesión de Pedro Robles. Dani Rodríguez jugó ayer más de 38 minutos y Francis Sánchez más de 36, una barbaridad tras lo que lleva esta gente acumulado a estas alturas, con ocho partidos en 22 días. Y tendrán que seguir haciendo el esfuerzo porque la reaparición de Robles parece descartada al menos hasta una hipotética final.
Y qué decir de la reaparición estelar de Antelo. El gallego fue junto a Dani Rodríguez el héroe de la victoria en una noche en la que el equipo estuvo especialmente espeso y falto de mordiente en defensa. Lo mejor es que no ha recaído y estará disponible mañana, aunque sigue en tratamiento para recuperar del todo su gemelo. Está llamado a jugar mañana de nuevo un papel fundamental para intentar evitar un quinto partido en Melilla que nadie quiere por lo que tendría de cara o cruz y también –pequemos un poquito de imprudentes– pensando ya en plantar la máxima batalla al descansado Menorca, que espera rival plácidamente desde el jueves.
Esto no ha terminado, y puede que las mayores emociones estén aún por llegar. ¿Se puede pedir más?