Tranquilidad absoluta. Esa es la sensación que transmite el hotel de concentración del Cáceres, el Abba Burgos, nada más cruzar la puerta de entrada. Se trata de un antiguo monasterio rehabilitado en la parte alta de la ciudad, situado entre jardines y donde no se percibe nada del bullicio urbano. Se respira una paz acentuada por la persistente lluvia que, según me cuentan, apenas ha cesado desde que llegó el equipo ayer por la tarde. De hecho, por lo que he podido ver durante una breve incursión para comer junto a algunos compañeros periodistas que también han venido a cubrir el playoff, las calles del centro histórico están bastante vacías, a excepción de los consabidos grupos de turistas.
Aunque solo llevo en Burgos unas pocas horas me ha dado tiempo de charlar un rato con Gustavo Aranzana, justo antes de la comida del equipo, mientras los jugadores se relajaban en los sillones de hall consultando sus iPad y sus iPhone, cada uno un poco en su mundo tratando de pensar en otras cosas antes del partido de esta noche. A Aranzana se le nota muy tranquilo, nada extraño en un tipo como él, curtido en mil batallas en esto del baloncesto. De hecho la conversación se ha centrado más en el futuro del club que en la eliminatoria en sí, que tiene más que estudiada porque conoce a la perfección tanto a los jugadores del Burgos como a su entrenador, un viejo rival y amigo como es Andreu Casadevall. Sabe que las cartas están sobre la mesa y que ya poco más se puede hacer. Parece que el trabajo del osteópata ha surtido efecto y Carlos Cherry se encuentra mejor de la espalda. Jugará, aunque está por ver cuántos minutos de calidad puede aportar para explotar la ausencia en el Autocid de Dani López.
Esta tarde tendrán una charla técnica antes de meterse en el autobús camino de El Plantío, que por cierto está bastante más lejos de este hotel que del de hace dos temporadas. Se prevé un pabellón lleno con 3.100 gargantas animando al Burgos en su nuevo intento de alcanzar la ACB. Bueno, no todas, ya que al parecer un puñado de valientes viajan esta tarde desde Cáceres para intentar hacerse oír en medio de la vorágine naranja. Desde allí iré contando lo que pase a través de mi Twitter @hoy_cmateos