Bueno, la entrada de hoy cuenta como una española se vino a un sitio donde hablaban el idioma más difícil del mundo y por ello no se enteraba absolutamente de nada, y así, la muchacha mañana hace aquí un mes, y lo ha llevado bien dentro de lo que cabe, desconectando cada vez que la gente de su alrededor hablaba en sueco y metiéndose en su mundo, porque a pesar de que ponía todo su empeño en entender alguna palabreja, era totalmente imposible.
Un lugar tan pequeño, donde ves que pasan los días y sigues sola, pero piensas…bueno mañana será otro día, soy afortunada por estar aquí y ¡bueno! conocerás algun circulito de amigos para compartir momentos alguna vez, ¿no? pues nada…no llegan. Y te sigues levantando por la mañana y sigues yendo a jugar con los niños, que me encanta, pero es muy desesperante cuando no te puedes comunicar con ellos; llega a resultar hasta triste. Se me pasa por la cabeza millones de cosas que decirles, que explicarles, ¡millones de tonterías que podría decirles! y no puedo…y me vengo un poquito abajo.
Se me está empezando a hacer bastante cuesta arriba el pasar horas y horas y que todo tu entorno hable en un idioma que no es el tuyo, que no puedas participar en carcajadas, que no te hablen porque eres la española que no entiende ni papa de sueco… pensaba que sabía desconectar pero cuando llevas así un tiempo empiezas a sentirte un poco agotada y echas más de menos donde están tus raíces, los abrazos de tus amigos,la gente que simplemente te da dos besos cuando te saludan…aquí todo es tan frío…
Si al menos puediera llegar el fin de semana y salir a dar una vuelta, tomarme una cerveza o reirme con alguien… pero no, eso tampoco.
Bueno, nadie dijo que sería un camino lleno de rosas, un continuo desajuste de sensaciones, así es como me siento hoy, a solas con mi soledad, pero de ella dicen que también se aprende muchísmo, ¡la tía es una buena maestra!