Mi vida sin tiempo para nada, en eso se ha convertido, ¡pero es brutal! Nunca había experimentado el no tener casi tiempo libre y que a la misma vez todo ese tiempo ocupado fuera tan maravilloso…
Creo que estoy empezando a terminar con mi periodo de adaptación en Oskarshamn, y creo que estoy empezando a sentirme mejor que nunca, y mejor y mejor cada día ; en realidad no lo creo, lo siento dentro de mí y estoy tan feliz por ello que estoy entusiasmada.
Los comienzos nunca fueron buenos, eso dice el refrán, pues bien, es cierto. No, no lo son, son desconcertantes, difíciles, incomprendidos…son muy duros. Y hay un muro que te frena,quieres pasar, pero llegas a pensar que no tienes fuerzas para derribarlo, y lo ves tan grande que empiezas a sentirte aún más chiquitita…Pero de repente, un día se va rompiendo, y se va cayendo, y es cuando empiezas a sentirte con mucha más fuerza que al principio y es cuando empiezas realmente a disfrutar de todo lo que hay a tu alrededor. Ya no hay que pensar en cómo derribar el muro para seguir adelante porque solo se destruye,sin saber porqué…se derrumba y sólo tienes que gastar tu tiempo en pensar en lo que estás haciendo en cada momento y en disfrutar de absolutamente todo lo nuevo que hay a tu alrededor; es sencillamente un sentimiento gigante.
Una de las cosas inmensas está siendo mis inicios con mis clases de gimnasia y acrosport. En Rösdle, llevo ya cuatro clases, y bueno, he conseguido que vengan niñas, y estoy entusiasmada con ellas. Los niños son unos trastos y como os podéis imaginar me desespero cuando no puedo echarles una regañina porque no me entienden, entonces es cuando suelto cualquier cosa en español y se quedan todos callados porque saben que estoy enfadada. Son mis rubios, mis niños suecos…fríos de primera, pero van entrando, y entrando…y amo esa sensación de ir ganando su confianza. He aquí mis atletas de Rösdle:
Siguiendo con mis pequeños atletas, toca el momento de recordar el primer día que he dado acrosport en Kristineberg (KB). Día que sin duda alguna marcaré como uno de los más especiales de este voluntariado. En KB empezaba este martes pasado y bueno, estaba un poco expectante, porque el sitio es un poco especial ya que casi todos los críos son inmigrantes,alguno que otro tienes alguna discapacidad mental, son revoltosos y solo quieren hockey, pin pon y x-box. No sabía como hacerlo , porque llegó la hora anunciada y ninguno quería venir. Decidí entonces irme a la sala, poner música bien alta, un par de colchonetas y enredar yo por allí sola. Me puse a hacer cositas de gimnasia y en seguida empezaron a venir para curiosear. Fueron dos horas muy extrañas, teniendo en cuenta que a mi me gusta tener mis clases bien organizadas, con su calentamiento, su parte fundamental y sus estiramientos, pero a medida que iba pasando la tarde me fui dando cuenta de que de eso me tenía que ir olvidando cuando trabajara allí. Y empezaron a venir, a sentarse, a mirar, a participar, y se volvían a ir a jugar a hockey, y venían, y les cogía para hacer alguna figura conmigo…¡Todo un poco caótico para mi gusto! ¡jajaja! pero increíblemente mágico. ¿Y qué puedo decir?pues que me tienen robada la razón y el alma. Desde Denis, que es muy especial porque tiene un poco de discapacidad, Sohaib, el chiquinino, como yo le llamo, de Palestina, o Javiv de Pakistán…con esos aires malotes y su gorra naranja más grande que él… Mis artistas:
Y después de disfrutar tantísimo al hablar de estos pequeños personajillos, quiero contaros que en Oskarshamn todavía no ha empezado a nevar, pero ya he podido experimentar tocar el hielo y patinar sobre él. Aquí hay una pista de hielo totalmente gratis en una pequeña ciudad deportiva llamada Arena, y bueno, en cuanto me enteré, me hice de unos patines y el domingo pasado los estrené. Fue genial, ¡aunque muchísimo frío! Pero ver a los niños y niñas patinando con ese desparpajo y yo parecer un pato “mareao” no tenía precio. Allí me encontré con chavales que van a los centros de ocio y me estuvieron intentando enseñar un poco a coger el stick de hockey y como frenar, con tan mala suerte que mi culo acabó en el suelo, porque a uno de ellos se le ocurrió empujarme para ver que velocidad alcanzaba… ¡jajaja! Y sí, fue otro día grande…
Y así estoy, con el muro casi ya totalmente destruido, sacando de cada momento miles de sentimientos y sensaciones que creo que jamás antes había sentido y muy feliz por estar aquí, considerándome muy afortunada ya que entre mucha gente me quisieron a mi para que viviera esta experiencia y bueno, estoy con ganas, con ganas de seguir aprendiendo dos idiomas a la vez ( y no estar loco ), con ganas de compartir mi cultura con las culturas diferentes que me encuentro aquí cada día, con ganas de mostrar todo lo que tengo dentro, con ganas, muchísimas ganas de cantar y tocar las palmas y decir palabras en español que nadie las entiendes pero hacen reír, con ganas de abrazos de gente muy chiquitita, pero solo de tamaño y con ganas de que esto me sirva para que la próxima vez en mi vida que me encuentre un muro, me baste sólo un segundo para derribarlo.