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Fco. Javier M. Romagueras

Catalana con Jamón

Jesús Vilallonga, de Manresa a Badajoz, a caballo de las nuevas tecnologías

Hace unos 7 años, Jesús Vilallonga Vilarmau, natural de la ciudad de Manresa, en la barcelonesa comarca del Bages, decidió instalarse en Extremadura, concretamente en Badajoz, donde ya conocía a la que ahora es su pareja. Como técnico de imagen y sonido, había trabajado en su tierra en la creación de una emisora de televisión, proyecto que se truncó tras el reparto de las licencias de TDT en el ámbito nacional. Ahora es el encargado de la tienda informática Mecanorba en la calle Santo Domingo de Badajoz.

Jesús Vilallonga en la tienda en la que trabaja en Badajoz

Con 39 años, Chus, como le gusta que le llamen, se siente cómodo viviendo en la capital pacense. Considera que lo mejor que tiene Extremadura es que todo funciona sin prisas, es otro ritmo. Creo –nos dice- que ese es el gran diferencial en comparación con otras regiones del país. Funciona todo de forma más sosegada y, en comparación, te cuesta menos vivir, económicamente hablando. Y el jamón, que no falte. En su opinión, desde fuera se cree que este manjar, junto con las procesiones de Semana Santa y el Carnaval, son los únicos atractivos para venir a Badajoz, cuando hay mucho más por descubrir. Lo peor –añade- es que le faltan bastantes cosas: infraestructuras, servicios, comunicaciones, más oferta de ocio, etc. Tiempo libre tengo poco, pero aparte de las “obligaciones familiares” procuro tener mis ratitos de cine o de videojuegos.

Dice que lo que añora de Catalunya se lo trajo consigo, la gastronomía sobre todo, aunque eso es fácil solventarlo: El “pa amb tomàquet” se puede hacer casi en cualquier lado –a las pruebas nos remitimos, pues la catalana con jamón es todo un clásico en Extremadura-. La familia no es problema, vienen a mi casa a menudo. A temporadas no pueden hacerlo en avión y jamás en AVE, pero en fin, si a quien le toca cumple, todo llegará.

TIERRA DE POSIBILIDADES

Chus asegura que cuando vivía en Catalunya tenía una idea de Extremadura frontalmente distinta a lo que es en realidad. Simplemente la única referencia que tenía era “lo que se dice por ahí”. Luego me fui dando cuenta del desconocimiento generalizado que existe. Dice que no es un secreto para nadie que durante décadas hubo mucha emigración hacia el norte, pero de ahí a pensar que debido a ello no ha habido evolución, y que el ambiente que se refleja en la película “Los Santos Inocentes” sigue totalmente vigente, hay un trecho muy largo. Se sigue creyendo que “en Extremadura no hay nada” cuando esto no es así. Es fruto de la desinformación y de la ignorancia, a veces aderezado con un poquito de “mala leche”.

Advierte que esto también ocurre a la inversa, desde Extremadura hacia Catalunya. Luego –añade-, no me sorprende que cuando uno, de cualquier comunidad, habla de la otra, públicamente y de cara a la galería, se forme la que se forma. Somos pocos los que podemos hablar de la realidad de ambas comunidades, al haber vivido en los dos sitos. Sobre todo lo demás, la mitad no es cierto y la otra mitad hay que comprobarla y vivirla.

La reflexión sobre su actual tierra de residencia finaliza diciendo que Extremadura tiene muchas posibilidades a todos los niveles; lo esencial, que es la gente y la voluntad, ya existe. Ahora falta ayuda institucional y administrativa, empezando por la local y a nivel de comunidad, y con el apoyo del gobierno central. Para muchas cosas, Extremadura sigue sin aparecer en los mapas, por eso se está quedando atrás.

ATENCIÓN ESPECIALIZADA

En plena tarea, atendiendo a un cliente

Entrando en el terreno profesional, como encargado de un establecimiento de informática, Chus nos aporta su punto de vista sobre la actitud del comprador extremeño. El cliente mira primero el bolsillo, por encima de la calidad. A menudo se basa en experiencias de amigos y familiares, tanto para lo bueno, como para lo malo, pero una vez que se ha pillado los dedos, no suele equivocarse otra vez.  Apunta siempre a un descuento o regalo, que no siempre existe, por encima de cualquier otro aspecto.

En su opinión, la adaptación a las nuevas tecnologías es más lenta de lo que debería ser, posiblemente por el miedo a lo desconocido y una cierta desinformación, que juegan un papel crucial. Para salvar esas posibles reticencias, Chus considera muy importante el asesoramiento de profesionales especializados en productos concretos, frente a los de establecimientos más generalistas. Para estos últimos –dice- es uno más entre centenares o miles de productos, y no van más allá del intercambio del dinero por el aparato. Le resulta sorprendente que la gente no comprenda que el asesoramiento especializado y personalizado tiene un coste y solo lo puede dar quien recibe formación constante sobre ese producto y tiene certificación oficial para ello, tanto en mi campo como en cualquier otro. Muchos no entienden el porqué de cobrar por una asistencia de un producto que no ha sido comprado en la tienda, pero que es de la misma marca que los que vendemos. Es simple: no somos una ONG, sino una empresa, y por lo tanto nuestro trabajo tiene un coste, aunque intentamos ayudar y aconsejar a quien se encuentre en esa situación.

Aprovechando su dedicación al ámbito de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, las llamadas NTIC, le preguntamos por el proceso llevado a cabo por la Junta de Extremadura, que fue la administración pionera en la apuesta por el software libre y por la introducción de ordenadores en las aulas. Al respecto Chus considera que pudo ser una apuesta acertada si vemos que no se tiene que depender de una multinacional que cobra por las licencias de uso, por el soporte, actualizaciones, renovaciones y demás, en cuanto a software. Pero eso implica que no existe soporte oficial, y eso puede ser un problema, ya que no hay nadie a quién reclamar o pedir ayuda. Es todo autodidacta y la ayuda proviene de los propios usuarios. A la postre puede suponer una lotería el tener que funcionar con un software genérico sobre un hardware de varios fabricantes, que normalmente están “casados” con alguna gran empresa de sistemas operativos. De cara a las aulas es bueno por un tema de coste, pero es desacertado el no ofrecer la posibilidad de que los alumnos puedan conocer los tres sistemas operativos básicos que existen en la actualidad, al menos a nivel de usuario básico. Luego, cada uno podría decantarse por uno o por otro, ya que en el mercado actual hay productos y servicios para todos los gustos y bolsillos.

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