Poeta, ensayista, artista experimental, Efi Cubero, natural de Granja de Torrehermosa, ha regresado a su tierra después de casi toda una vida residiendo en Cataluña. Ella, que ha tenido el honor de entrevistar a lo más granado de la literatura de las últimas décadas, accede con toda amabilidad a responder a las preguntas de “Catalana con jamón”.
¿Qué ha significado para ti este retorno a los orígenes?
Una no retorna porque en el fondo siempre formamos parte de un paisaje y un paisanaje. La vuelta es siempre ida. Sabemos muy bien que es siempre ida, y hasta huida. Extremadura es mi centro, el lugar de mi origen, el eje radial donde convergen todas las direcciones del mundo y del tiempo. Esta tierra, que es el enclave de mis antepasados y sus huesos la abonan, ha representado siempre para mí algo gravitatorio y universal. Un enlace abierto a todo mestizaje. No olvidemos que venimos de diversas etnias y culturas y que somos mestizos, afortunadamente. En cuanto a mi pueblo, Granja de Torrehermosa, significará siempre para mí ese cálido latido que enlaza cada casa donde nadie está solo. Un micro universo que avanza hacia los campos, hacia los encinares, hacia las sierras que, como las islas, empujan la mirada hacia un tiempo sin tiempo, el lugar de mi origen, la luz que por primera vez vieron mis ojos sin memoria. El pueblo donde empecé a sentir esta extrañeza que siempre me acompaña. Y la tristeza que sentí al tener que abandonarlo de la mano de mis padres recién cumplidos mis once años.
Dije una vez en un poema que la tierra siempre nos empequeñece, nos acerca hacia ella un pálpito de vida, como una sigilosa confidencia… Este paisaje mío es siempre acorde con mi voz sin imposturas.
Yo camino por Granja cada día, puesto que he vuelto a mi origen de nuevo para que así me abrace su calor sin mentiras. Siempre me bastará la eterna seducción de sus cielos limpios, su noble y cariñoso paisanaje, la belleza de esa arquitectura alzada por alarifes y artesanos, lo sencillo de todo, donde todo fue, y es, antecedente.
VINCULOS CON CATALUÑA
¿Con qué sentimiento has regresado a tu tierra?, ¿qué vínculos sigues manteniendo con Cataluña?
Con el sentimiento de avanzar en una nueva etapa después de mil viajes y vivencias. Con el sentimiento de caminar por la naturaleza en libertad. No soy nostálgica, descreo de la memoria, la memoria puede engañarnos porque o bien idealizamos demasiado o bien demonizamos, según nuestros estados sucesivos. He vuelto con el convencimiento de que deseaba vivir aquí. Que éste es realmente mi sitio. Que amo – sin sensiblerías- a esta tierra y a sus gentes. He vuelto por convicción y reflexión. En cuanto a Cataluña, mis vínculos afectivos y culturales siguen igual. Allí viví más de cincuenta años, allí completé mi formación, estudié, trabajé, luché y allí tengo parte de lo que más amo: mis chicas, mis chicos, mis hermanos, mi familia, y muchos de mis amigos.
Recientemente la revista Turia ha publicado un número dedicado a Extremadura, en el que también figuras. ¿Cómo ves el momento de la producción literaria en nuestra región?
La producción literaria en nuestra región la veo ahora en un momento magnífico. Después de aquel momento de eclosión expansiva en el tiempo de Ibarra y de Francisco Muñoz, hubo una época en que languidecía, o parecía languidecer, pero ha resurgido con nuevos bríos, con voces nuevas de excelencia que se suman a las que afortunadamente poseemos, con ganas infinitas de seguir haciendo las cosas bien. Abundan nuevos proyectos y nuevas iniciativas, nuestro acervo cultural está muy, pero que muy vivo. La calidad literaria y artística, hoy por hoy, se encuentra a la altura de lo mejor. No me cabe la menor duda. Lo que realmente me gustaría es que nuestros pueblos se implicaran más y se interesaran de veras por la calidad que se les ofrece, un libro o una obra de arte siempre aportan infinitamente más de lo que cuestan, monetariamente hablando. Ahí está la batalla.
Poeta, ensayista, participante en muestras de arte contemporáneo; ¿en qué registro te encuentras más cómoda?
En el de poeta, por supuesto. Ya sé que no soy políticamente correcta al referirme a mí misma de esa forma, pero yo soy desobediente, creo en lo que verdaderamente creo. Descreo de muchas falsas poses y modestias fingidas. Y también de humildades sagaces. Mi libertad, sagrada, respeta, profundamente, la libertad sagrada de los demás. La poesía forma parte de mí desde que me conozco, una libreta escolar me recuerda que ya escribía “poemas” a los ocho años. El poeta nace y luego se hace, así es o así lo pienso yo. La poesía es algo misterioso y profundo, un poeta sabe perfectamente que nada viene de afuera, aunque nos llenemos del barro de la vida y todo lo humano nos sacuda y nos duela, todo se gesta dentro de cada enigma que viene a ser uno mismo. Mientras vivimos no escribimos. Sólo en la soledad nos encontramos frente al poema y con la realidad- irrealidad de la propia existencia ya que no existe un ideal sin pugna con sus fracturas, ni resistencia que vencer.
Hay quien ha definido tu poesía como un cauce sereno en la superficie, que guarda en el interior la pasión de una vida vivida por y para la poesía. Y es cierto que al leer tu obra uno se deja mecer por la suavidad de las formas, mientras penetra, casi inconscientemente, la contundencia y profundidad del contenido. ¿Estás de acuerdo con esta consideración?
He tenido suerte. Los que han hablado de mi obra, todos personalidades de prestigio, lo han hecho con la suficiente carga de profundidad y ahondando a conciencia en ella. Cada uno me ha visto desde un punto distinto, pero con rigor y solvencia, penetrando en la esencia de mi poesía y alejados de anécdotas, por fortuna. No puedo estarles más agradecida. Ahora mismo, el poeta José Manuel Díez, prepara a conciencia una antología de mi obra. Por supuesto que le he otorgado carta blanca, no puedo estar en mejores manos.
Yo te diría que, dentro de la precisión lingüística, hay que buscar los contrastes, hallar la tensión máxima que oscila entre la serenidad y el desasosiego nivelando ese plano de sombras de la palabra y el silencio. Hay que ahondar en la esencia a través de la exigencia del lenguaje, en prosa y en poesía, desde una indagación interior. También lo que nos hace soñar testimonia una ausencia, frente a ese sol de espaldas al espejo que refleja nuestro yo más vulnerable. Hay ocultaciones, claro, un tenso y dialógico deambular en torno a una misma y a los otros, los que nos precedieron. Yo empleo disoluciones en torno a lo autobiográfico y a veces mantengo también un cierto recelo o desapego en no aceptar lo que se propaga como verdades absolutas. Busco la palabra lo más sobria y reflexiva posible, que esté dotada de emoción sincera, de magnetismo y síntesis hacia lo que yo considero que vale la pena ser nombrado; hay un arco autoral que no evita el recuerdo, pero intento que se articule con palabras que de alguna forma desenmascaran el orden establecido. Los poetas somos los extraños, los inestables, desconcertados pero centrados seres que orillamos los filos del vacío, ese doble lugar de la creación desde donde se avista también la trascendencia. Algo único y extra vital que cicatriza la herida de existir y abre espacios al sueño o a la revelación de lo que somos.
En tu trayectoria has tenido la oportunidad de coincidir, y también entrevistar, a muchos autores destacados de las letras catalanas y españolas. ¿Cuál te ha producido un mayor impacto?
Todos. O casi todos. He tenido la oportunidad de entrevistar extensamente a personajes relevantes del mundo del Pensamiento, la Ciencia, el Arte y la Literatura. Algunos, a raíz de esa entrevista, se hicieron amigos míos hasta el momento mismo de su muerte. De esos amigos fieles y profundos con los que daba gusto conversar. De alguna forma todos me han impactado, cada cual por su sabiduría, su manera de ser, de estar y ver el mundo, su abarcador talento y su humanismo. Un privilegio impagable, sin duda.
Detecto una especial estima por una autora, Carme Riera, que tuvo un gran impacto en los jóvenes que vivíamos en Cataluña en la década de los setenta del siglo pasado. ¿Cuál es tu relación con ella?
La admiro y considero amiga. Me fue presentada por la familia Goytisolo- Carandell, aunque yo la había leído desde siempre. Alguien que crea y actúa, con una enorme capacidad tanto creadora como de trabajo. Incansable. Imborrable. Una gran escritora y una gran mujer. Con ella he tenido la suerte de asistir a congresos internacionales como ponente, participar en mesas redondas con personalidades y catedráticos de altura, y también he formado parte, junto a ella, como miembro de jurado en premios literarios. Creo que ambas nos apreciamos bastante.
BADAJOZ, PAISAJES LITERARIOS
Eres de Granja de Torrehermosa y precisamente tu localidad, a través de la figura de Santiago Castelo, es una de las que forman parte de un nuevo producto turístico, Badajoz, Paisajes Literarios, impulsado por la Diputación de Badajoz. ¿Qué opinión te merece que la literatura pueda convertirse en un recurso, que además de nutrir el alma y el sentimiento de la gente, contribuya al desarrollo de los territorios, más en ámbitos rurales extremeños?
Me parece genial. Una propuesta extraordinaria. Cuando visitamos Praga, por poner un ejemplo, tenemos siempre presente a Rilke, o a Kafka. Si vamos a Portugal, a Saramago, Pessoa, a tantos…La luz de los pueblos es sobre todo la Cultura. La Poesía. El Arte en todas sus facetas…Me alegro muchísimo de que se haya elegido a Santiago Castelo para ese nuevo producto turístico, él cantó vivamente, hondamente, su paisaje. Su pueblo puede estar orgulloso de tener un poeta como él. Es merecedor, con todos los honores, de que siempre se le recuerde por lo mucho que aporta, y de formar parte para siempre de esta tierra tan nuestra.
Finalizada la entrevista solicitamos a Efi un poema dirigido a los lectores de “Catalana con jamón”. Entre varios de los que nos ofrece, aleccionamos el que reproducimos a continuación.
BATALLAS
Cuando uno es niño y libra cien batallas
ni sabe ni imagina que ese juego incruento
no ha tenido en la historia de los hombres
nada que sea apacible.
Cuando uno es niño escribe con los ojos.
Frente a los goterones que empapan las encinas
recoge con las manos su ensimismada luz,
calibra como ahora las sílabas de lluvia
y las deja que caigan lentamente
formando los regueros sobre el tiempo
como en la tierra blanda de los brotes
sobre la paz de algunos nombres idos.
(De, PUNTO DE APOYO, Luna de Poniente, 2014)